Justo un año después de haber estrenado la temporada 19-20 con un triunfo ante el Real Oviedo en Riazor (3-2), el exentrenador deportivista Juan Antonio Anquela sigue sin explicarse qué es lo que pudo haber fallado en su periplo en A Coruña.
Una efímera estancia de nueve encuentros en los que se topó con un vestuario herido por el fiasco del curso anterior ante el Mallorca en la final de la promoción de ascenso y no logró elaborar la receta mágica para revivirlo.
Mientras el club se debate entre Segunda y Segunda B debido a una injusticia sufrida en el último encuentro frente al Fuenlabrada, el preparador jienense no alberga duda alguna de que la auténtica fuerza del club, su afición, no le dará la espalda a los suyos pase lo que pase en los despachos.
¿Qué ha sido de tu vida desde que dejaste el banquillo del RC Deportivo?
Estoy en casa, llevo desde que salí de allí de vacaciones, esperando a que salga algo y nada más, sigo en Jaén.
¿Buscas destino en la Liga española o no te importaría aventurarte en un destino más exótico?
Ahora mismo el tema está complicado; estoy bastante tranquilo esperando a lo que pueda venir en el futuro. La vida del entrenador es así. Me he ganado el derecho a exigir un poquito. Salvo en el Depor di el nivel en el resto de conjuntos a los que entrené.
¿Estás preparado para una temporada anómala debido a los efectos del Covid-19?
La verdad es que la cosa se ha puesto muy fea, complicada, y tendremos que tener más paciencia que nunca. Ahora mismo todo el mundo está en un impás de espera y no sabe por donde tirar. El equipo que acierte por donde se va a desarrollar esto tiene mucho ganado.
Le he dado muchas vueltas a lo que pasó; estaba
convencido de que saldría bien
Va a ser un año complicado porque todos los clubes acusarán el golpe económico...
Normal que descienda el presupuesto de todos los equipos porque las fuentes de ingresos no serán las mismas; los dependerán de su masa social y, como siempre, de las televisiones. Está garantizado este dinero a priori pero hay muchas más cosas que influyen y existen muchas interrogantes.
A estas mismas alturas de campaña, el 18 de agosto, el Deportivo daba inicio a la temporada con un esperanzador 3-2 al Oviedo...
Fuimos con mucha ilusión y muchas ganas a A Coruña y lo cierto es que no pudo ser, qué se le va a hacer, estaba convencido de que a ese equipo le podíamos dar más de lo que le dimos.
¿Le sigues dando muchas vueltas a los motivos de no haber cumplido los objetivos?
Sí, hombre, siempre se le dan muchas vueltas. A mí no me gustan poner excusas. Vino así, solo pudimos ganar un partido de nueve y es lógico que un entrenador tenga que marcharse. Estaba convencido de que la cosa iba a salir hacia adelante. En los equipos en los que he estado siempre he conseguido como mínimo mantener la categoría.
Exjugadores blanquiazules como Vicente Celeiro o Traba coincidían en apuntar que había plantilla para más. ¿Pudo fallar el aspecto mental?
Vamos a ver, llegas el primer día y te encuentras a jugadores del año anterior fuera, había ocho o nueve futbolistas de ‘supernivel’ que se fueron. Es un misterio por qué no ascendió aquel Deportivo el año anterior a mí. Han estado todos en Primera División jugando a un nivel altísimo. Los dos centrales han jugado uno en el Flamengo y otro en el Granada siendo un puntal impresionante y llegando a la Europa League. Los dos delanteros, ni te cuento. Edu Expósito, lo mismo. El ‘palo’ del 3-0 al Mallorca duró mucho tiempo en nuestro vestuario.
¿Resultó complicado a mayores acoplar a tantos futbolistas nuevos?
Sí, sobre todo que cuando empezamos a jugar no sabíamos con qué jugadores podíamos contar por el tope salarial, había jugadores que se iban a ir. Estaban jugadores entrenando con nosotros y a los tres días jugaron en contra. El mercado no se cerró hasta nuestro tercer partido y eso es complicado de organizar. A pesar de todo tenía confianza de que el proyecto iba a salir adelante.
Después de Anquela llegaron otros dos entrenadores, Luis César, que no mejoró tus números, y Fernando Vázquez, que sí fue capaz de espolear al plantel con defensa de cinco...
Sí, la verdad es que yo en su día también estuve planteándome este mismo sistema pero no tuve futbolistas para ello. Somma estaba lesionado y era complicado porque había mucha gente que llegaba nueva. Después llegó Sabin Merino, que cada vez que la tocaba era gol. Se ganaba 0-1, 1-0 y el equipo parecía que salía de ahí pero yo cuando estaba en casa escuchando declaraciones pensaba que esto es Segunda y que es muy complicado salir de ahí abajo. Podías coger otra racha mala y de nuevo empezaban los miedos.
La salvación llegó a tocarse...
Cuando un equipo está acostumbrado a luchar por una cosa es complicado cambiarle el objetivo. Parecía que iba a salir de ahí abajo pero no fue así por desgracia. No puedes tener tres resultados buenos y pensar en otras metas.
¿Crees que el miedo paralizó al equipo en la primera vuelta del campeonato?
Muchas cosas nos paralizaron; yo te puedo hablar de nueve partidos y nosotros competimos en los nueve. Mi último partido, contra el Almería con diez hombres fuimos y fuimos pero no pudo ser. Una semana antes fuimos a Cádiz, no perdimos y porque el VAR estaría ‘cerrado’ ese día, que si no podríamos haber ganado. No conseguimos la regularidad que se requiere en Segunda. Había momentos en los que lo hacíamos bien y otros en los que sufrimos bajones. El entrenador tiene que irse porque ganamos un partido de nueve y eso en el Depor es inviable.
¿Recibiste muchos mensajes de apoyo o agradecimiento cuando te marchaste?
Esto del fútbol es muy complicado, es a rey muerto, rey puesto. Hubo gente que me mandó mensajes cuando me marché de apoyo pero esto es así, no hay que darle más vueltas.
¿Te sentiste querido en A Coruña?
Es que si te digo la verdad no me dio tiempo. Encima la gente estaba desilusionada pero lo que también puedo decir es que gritaron a todo el mundo que se fuera pero mi nombre no lo dijeron. Simplemente me limitaba a trabajar y mira que tenía problemas para hacerlo. Intenté hacer las cosas lo mejor posible y de la manera más honrada, como he hecho siempre. Vivo por y para el fútbol. No pudo ser y bien que lo lamento porque cuando me dijeron que iba a ir al Deportivo pensé que era la recompensa a lo que estuve haciendo muchos años pero no pudo ser.
¿Desde la distancia cómo has vivido un final de temporada tan abrupto para el club como el presente?
Yo estaba pendiente del teléfono y leí que el Deportivo-Fuenlabrada se iba a aplazar. Inmediatamente pensé que eso no podía ser. Estaba seguro de que si no se aplazaban todos los partidos se iba a liar una gorda. Si estos dos equipos no jugaban lo más lógica era que no actuasen los demás pero tenemos que pensar que esto lo mueve el dinero y las prisas por acabar la competición. Tendría que haber sido aplazada toda la jornada y jugar en un mes o cuando fuese. Quisieron evitar males mayores a nivel sanitario y se produjo todo lo contrario.
¿Lo ves con opciones en los despachos para mantener la categoría?
Uy, ahí ya me puedo ‘columpiar’. El Depor está metido en una guerra, está con la Federación y la Liga es la que manda y parece que está con el Fuenlabrada. A mí lo que me da mucha pena es ver al Deportivo ahí porque es mucho más grande que todo esto.
En el hipotético caso de descenso, ¿crees que la afición dará la espalda al club?
Jamás. La gente es del Depor. Van a estar muy cabreados y todo lo que quieras pero van a saber sufrir y estar con el Deportivo siempre. El Deportivo es Coruña y Coruña es el Deportivo. No hay más.