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El Basquet Coruña tocó fondo la pasada semana en Ourense, donde confirmó el peor arranque de la historia del club –contando todas las categorías en las que ha militado–, y hoy necesita remontar el vuelo ante un Melilla cuyo rendimiento tampoco está siendo para tirar cohetes.

El All-Star Team de Oro que ha confeccionado el club norteafricano –que incluye a dos naranjas el curso pasado, Gilling y Chuku, y a uno que lo fue hace tres, Zyle– no acaba de compenetrarse, por ello el balance de 4-4 está muy por debajo de lo esperado. La irregularidad del Melilla la demuestran la paliza en casa (63-95) contra el Barça B, el triunfo en Oviedo (75-78), apretar hasta el final en Barris Nord al Lleida (67-66) y caer en el Imbroda frente al Huesca (69-79). 

Y ello a pesar de refuerzos de renombre como el escolta con más de una década en la ACB Txemi Urtasun (12.4 puntos y 3.0 rebotes), su homólogo Caleb Agada (11.4 y 6.0) y el base Josep Franch (11.5, 5.1 y 3.8 asistencias). 

Trío referente
Este trío marca la pauta de un ataque que, pese a las contribuciones de Zyle (9.0 tantos), Chuku (6.5), Darko Balaban (7.3), Gilling (7.0) y Felipe Dos Anjos (7.3), no está entre los nueve mejores de la competición. De ello tiene parte de culpa la puntería desde larga distancia, ya que su 29.7% de acierto en triples es el tercero peor de los dieciocho equipos.

Tampoco su defensa, la novena que menos puntos encaja, está siendo excepcional, todo lo contrario que su capacidad reboteadora: 36.4 capturas por encuentro. Solo el Palencia promedia más (37.0), pero en rechaces defensivos, donde los pupilos de Alejandro Alcoba encabezan el ránking... aunque también cierran el de balones perdidos, con 16.

El Coruña, que volverá a jugar sin Zach Monaghan y con la duda, por un esguince de tobillo, de Ty Sabin, necesita imperiosamente defender, defender y defender. Poner fin a su condición de ‘hermana de la caridad’ con unos rivales que, contra los de Gustavo Aranzana, mejoran notablemente sus cifras anotadoras.

El técnico pucelano asegura que esta semana han trabajado especialmente en este aspecto, aunque cuesta creer que la mejoría sea grande de una semana para otra. Con que la intensidad atrás sea de, por ejemplo, el 70% durante 30 ó 40 minutos, en vez del 120% durante unos pocos y casi siempre cuando el equipo está contra las cuerdas, puede ser suficiente para doblegar esta noche al gigante dormido melillense.
De lo contrario, las alarmas empezarán a sonar con mucha más fuerza en Riazor.

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