La atractiva jornada del día de Navidad deparó sendas derrotas para los líderes de Conferencia, ambas bastante duras de digerir; la de los Bucks porque salieron escaldados de Philadelphia, y la de los Lakers por ser ante su vecino de enfrente, los Clippers.
El líder del Este solo le aguantó el pulso a los Sixers en un primer cuarto de alta anotación (38-30). A partir de ahí, los locales mantuvieron la puntería, especialmente desde el arco (21 de 44, récord de la franquicia de triples en un partido), mientras los Bucks se desinflaban hasta llegar a perder por más de 20 tantos.
Con todo decidido, los de Mike Budenholzer tiraron de orgullo en el acto final, pero el esfuerzo solo les llegó para situarse a ocho puntos. Avabaron cediendo por 121-109 frente a un equipo pilotado por Tobias Harris (22 puntos), Joel Embiid (31 y 11 rebotes) y Ben Simmons (17, 7, 14 asistencias y 3 robos), con Furkam Korkmaz (16 tantos, con 4 de 5 en triples) como elemento sorpresa.
Hundimiento final
Mucho más intenso e igualado fue el derbi de Los Ángeles. Pese al irregular partido de Anthony Davis (24 tantos y 6 capturas) y LeBron James (23 –2 de 12 en triples–, 9 y 10 pases de canasta), los Lakers mandaron desde el segundo periodo hasta casi el final.
Un parcial final de 17-2 les dio al descanso una interesante renta (63-51). Pero los Clippers, que llegaron a ir 15 abajo a los tres minutos de la reanudación, volvieron al partido gracias a un parcial de 3-16, que hizo que el duelo entrase en el acto fnal con 86-86.
Los mejores minutos de LeBron –ocho puntos seguidos– dieron a los amarillos siete puntos de ventaja (101-94) a falta de poco más de seis minutos y medio. Kawhi Leonard (35 puntos, 12 rechaces y 5 asistencias), un hasta entonces apagado Paul George (17, 5 y 3), Montrezl Harrell (18 tantos y 6 capturas) y la defensa colectiva salieron al rescate. Con 106-109, James se dispuso a lanzar el triple para empatar, pero Patrick Beverley –magnífico en defensa en este acto definitivo– no cayó en la finta, metió la mano a la velocidad del rayo, el balón se fue por la banda y el base visitante pidió la revisión de la jugada. El vídeo le dio la razón: los dedos de LeBron fue lo último que tocó el esférico antes de perderse entre los espectadores.
George, con dos libres, certificó un nuevo triunfo del vecino pobre contra el vecino rico. El primero fue en la jornada inaugural. El segundo, en esta negra Navidad para los dos mejores de Conferencia.