El Real Madrid selló matemáticamente su condición de líder de la fase regular, que le garantiza la ventaja de campo en todos los playoffs, tras vencer en un partido aplazado y con poca historia a un apagado Baskonia que le permitió afinar su puesta a punto para la Final Four de la Euroliga.
El conjunto blanco mantuvo su buena línea de las últimas semanas y no acusó el reparto de minutos entre los menos habituales ni el descanso a Doncic pensando en la cita de Belgrado. A ello contribuyó el buen trabajo de hombres como Thompkins, Reyes, Llull y Rudy Fernández.
Contagiados por el frío ambiente en el WiZink Center, los dos primeros clasificados salieron relajados en defensa y con jugadores no habituales en sus quintetos iniciales, lo que se tradujo en canastas fáciles en ambos aros (25-24).
La aparición en cancha de Llull metió una marcha más a la producción ofensiva del Madrid, que empezó el segundo acto mejor que el Baskonia.
Un triple del balear subió a 10 la diferencia (40-30). Llull volvió entonces al banquillo con los deberes hechos y 10 puntos en solo 6 minutos que permitieron abrir brecha al descanso (52-44).
Como los locales seguían con más ganas y todos sus hombres aportaban mientras los visitantes seguían sin carburar a su nivel habitual, el colchón estuvo rondando la docena de puntos durante casi todo el tercer cuarto.
Reyes fue el encargado de subir la máxima ventaja al marcador (67-52). También estuvieron a buen nivel Thompkins y Rudy, que dejaron el partido encarrilado a falta de los últimos 10 minutos (75-62).
Diez puntos seguidos del Vildoza, máximo anotador de su equipo con 22, despertaron al Baskonia y, de paso, encendieron las alarmas en los de Pablo Laso, que se vio obligado a pedir tiempo muerto al verse con solo siete de renta a seis minutos del final.
Aunque el partido ganó algo en emoción, el Real Madrid supo controlarlo y, en un gran final de Rudy, selló su vigésima séptima victoria liguera, que le asegura el liderato al término de la fase regular.