Pablo Marí fue uno de los aciertos de Carmelo del Pozo el pasado verano. El futbolista valenciano formó, junto a Domingos Duarte, una de las mejores parejas de centrales de Segunda y se convirtió en uno de los pilares del Depor.
El futbolista cedido por el Manchester City no solo fue clave en el aspecto defensivo, sino que también sobresalió a la hora de ayudar a sacar el balón jugado desde atrás y asumió un rol importante en ataque en las acciones de estrategia.
El no ascenso a Primera División dejó al club herculino sin la posiblidad de cumplir su deseo de prolongar la cesión del central una campaña más o incluso ficharlo en propiedad.
Marí fue uno de los jugadores que formaron la columna vertebral del Deportivo durante la temporada 2018-19 y tuvo un enorme protagonismo en el terreno de juego tanto en el aspecto defensivo como en su contribución para iniciar la salida del balón.
El defensa central fue el segundo futbolista del equipo en pases completados y el primero en pases largos, lo que confirma su importancia a la hora de intervenir en la circulación de la pelota.
Además, asumió un papel fundamental a la hora de aportar solidez a la retaguardia, ya que fue el segundo jugador del equipo en bloqueos, el tercero en pases interceptados, el cuarto en robos de balón y el segundo en despejes.
También exhibió una gran fiabilidad por alto. De hecho, fue el tercer deportivista en número de duelos aéreos ganados durante la pasada Liga y, además, marcó dos goles en acciones de estrategia. Ambos, por medio de un remate de cabeza tras un saque de esquina.
Tanto para Natxo González como para José Luis Martí fue un jugador con mucho peso en el campo. Fue el tercer futbolista de la escuadra coruñesa en número de minutos disputados y el quinto en cuanto a los encuentros jugados. Su hueco no será fácil de tapar.