No jugó mal España ante Portugal. No introdujo ninguna novedad llamativa Fernando Hierro en su primer partido como seleccionador nacional. De Gea, Diego Costa y Nacho fueron los nombres propios.
1 Hierro y la extensión de un estilo
Nadie en la historia de los Mundiales había estrenado cargo en el primer partido de la competición. Fernando Hierro fue el primero, la mejor opción tras la crisis desatada. Si hay alguien que conoce a todos los internacionales, que colaboró en instalar un estilo desde las categorías inferiores desde el cargo de director deportivo era Fernando.
2 La noche negra de David de Gea
Como Molina en una Eurocopa o Zubizarreta en un Mundial, De Gea marcó el estreno en Rusia. Tres disparos a puerta y tres goles encajados por España. Ninguno fruto de una desconcentración defensiva, quizás el primero en un penalti evitable de Nacho sobre Cristiano, que sorprendió veloz tras bicicleta. Ese tanto tempranero sacó del partido a David. Nunca estuvo en él. Las dudas de sus últimas apariciones con la Roja se multiplicaron con un disparo que intentó detener como nunca debe hacer un arquero.
3 El fútbol por encima de todo
Un penalti en el tercer minuto del estreno en el Mundial era lo único que le faltaba a España para poner aún más cosas en su contra. A la crisis de Krasnodar se le sumaba comenzar el torneo por debajo en el marcador. Nada hundió a los internacionales españoles que demostraron que están por encima de todo. Exhibieron personalidad y fútbol, ante todo fútbol. Así frenaron el ímpetu de una Portugal que soñaba con encontrar una España débil en el aspecto anímico. Dentro del campo nunca se notaron los días de ajetreo interno. El balón y la posesión asociada a la calidad técnica.
4 La pegada del ‘killer’ Diego Costa
El partido que tanto soñó Diego tras decidirse a jugar con la selección española antes que la brasileña, llegó en el momento adecuado para salir al rescate de la Roja. Su garra en la pelea por un balón largo y la calidad para encarar dos defensas, engañarlos con amagos y soltar un disparo ajustado al palo, fue la base desde la que se impulsó la reacción de España. El debate del 9 se paraliza con su actuación, autor de un doblete para silenciar a los que apuntaban a la falta de gol. Virtudes de un estilo que por momentos se dudó encajasen con el de la selección y ahora lo complementan. Costa es un alivio para el juego en largo cuando se necesita una variante al juego de asociación.
5 Nacho, del error al protagonismo
El único puesto que impedía un once de gala de España era el lateral derecho. Forzar a Carvajal era demasiado riesgo y Hierro apostó por Nacho. El inicio jugó en su contra, lento ante el regate de Cristiano e inocente para meter un pie que aprovechó el portugués. Su personalidad siempre ha marcado su carrera. Se rehizo, ganó confianza para incorporarse al ataque cuando se vio con mayor seguridad en su labor defensiva, y acabó enganchando un derechazo brutal.