El nadador paralímpico coruñés Jacobo Garrido Brun, del CN Liceo, se vio obligado a regresar a casa, por causa del coronavirus, cuando iba a competir en la ciudad italiana de Lignano, a unos 60 kilómetros de Venecia.
Garrido, campeón del mundo de 400 libres (categoría S9) el pasado año en Londres, que en el último mes de 2019, en la Swim Cup Amsterdam, se convirtió en el primer europeo de la historia en nadar los 1.500 metros (S9) por debajo de los 17 minutos, llegó la noche del domingo a Lignano y no pudo competir, ya que la prueba fue suspendida el lunes.
El coruñés afirmó, en declaraciones a la TVG, que a su llegada detectó nerviosismo en los deportistas, después dw que en el aeropuerto le tomarán la temperatura y el médico de la selección española le dijese sí quería usar una mascarilla por precaución, algo que aceptaron tanto él como otros compañeros. “En el hotel ya había gente de otros países y se notaba como algo de angustia; todos con mascarilla e intentado irse lo antes posible. En el aeropuerto había gente con mascarilla, pero más tranquila”.
En la vuelta a la casa, la recomendación médica es que “nos lavemos mucho las manos y en caso de notarnos raros o con fiebre, ir rápidamente a mirarnos”, pese a lo cual admite no tener miedo al virus, aunque sí temor a que “si lo he cogido y no me doy cuenta porque en catorce días se incuba, puedo contagiar a cualquier persona”, una situación que califica de incómoda.