Fernando Alonso, doble campeón de F1, intentará fortalecer, con el equipo Toyota Gazoo Racing, su liderato en el Mundial de Resistencia (WEC) en las Seis Horas de Shanghai, la quinta prueba del certamen, que se disputa este fin de semana en el circuito de la capital financiera china.
Alonso buscará, a bordo del Toyota TS050 Hybrid número 8, su tercera victoria en el campeonato que lidera junto al suizo Sebastien Buemi y al japonés Kazuki Nakajima, con los que ganó en mayo las Seis Horas de Spa-Francorchamps y, un mes después, las 24 Horas de Le Mans.
El asturiano no seguirá el año que viene en F1, categoría en la que dentro de semana y media disputará su última carrera, en Abu Dhabi. Por ello, llega a Shanghai con la intención de aumentar su ventaja al frente del WEC, después de acabar segundo hace un mes, junto a Nakajima y Buemi, las Seis Horas de Fuji (Japón), donde ganó el otro Toyota, el número 7, del argentino José María ‘Pechito’ López, el inglés Mike Conway y el japonés Kamui Kobayashi, que recuperaron de esa forma su segundo puesto en la general, a 13 puntos del equipo de Alonso.
Olvidar la sanción
Eso, después de que, en agosto, los dos coches de la escudería Gazoo Racing fuesen descalificados, por irregularidades en el fondo plano de sus coches, de las Seis Horas de Silverstone; en las que se habían impuesto claramente, con el equipo de Alonso, por delante del de López, por lo que el triunfo pasó a manos del suizo Mathias Beche, el galo Thomas Laurent y el estadounidense Gustavo Menezes, al volante de un Rebellion.
Alonso anunció en Interlagos que en 2019 volverá a correr las 500 Millas de Indianapolis, en busca de la ‘Triple Corona’; gesta que completará si vence en la ‘Brickyard’, después de haber ganado (dos veces) el Gran Premio de Mónaco de F1 y las prestigiosas 24 Horas de Le Mans.
Aunque primero intentará anotarse el WEC, por lo que buscará este fin de semana una nueva victoria, en la última prueba de 2018. No sería la primera del genio astur en la pista de 5.451 metros (y 16 curvas). Dos de sus 32 triunfos en F1 los consiguió en este moderno circuito: en 2005, el año de su primer título, con Renault; y en 2013, con Ferrari.
Sus compañeros Buemi y Nakajima ya ganaron el año pasado para Toyota –junto al inglés Anthony Davidson– esta prueba, que integra el calendario del WEC desde 2012.
Para ganar en Shanghai, los Toyota deberán superar otra nueva aplicación de la ‘Equivalencia de Tecnología’, que permitirá a los otros coches de la categoría principal (LMP1) utilizar en torno a un 10% más de combustible por vuelta.
Los entrenamientos arrancarán esta noche y se completarán mañana, pocas horas antes de la calificación que ordenará la parrilla de salida del domingo.
