El Deportivo alinéo este domingo ante el Albacete a su 21º once distinto en lo que llevamos de temporada y varió su esquema habitual, en rombo, por un 1-4-3-3. Un hecho que solo había ocurrido ante el Cádiz, cuando los herculinos optaron por la defensa de cinco.
El técnico blanquiazul, Natxo González, valoraba positivamente al término del encuentro ante los albacetistas tanto el triunfo conseguido como la manera de lograrlo.
Y es que, para este partido, además de los tres cambios en el once (David Simón por Eneko Bóveda, Diego Caballo por Saúl García y Edu Expósito por Krohn-Dehli) el Deportivo mostraba un nuevo dibujo. En el centro del campo un trivote y por delante tres hombres de ataque: Fede Cartabia, por la derecha, izquierda para Borja Valle y en punta de ataque Quique González.
Un contrapunto al rombo, un sistema que renunciaba en cierto modo a las bandas para armar una superpoblada medular, y que se encomendaba a que los laterales ejercieran como carrileros. Con el nuevo dibujo, los herculinos contaban con la velocidad tanto de Valle como de Cartabia, que progresaba en muchas ocasiones hacia el centro para distribuir el juego y el ataque herculinos.
El argentino contaba con más recursos que cuando habia estado ubicado en la mediapunta, como ocurrió en Son Moix. Mientras, el berciano marcaba su gol, tras recibir un pase adelantado de Caballo, culminando una gran jugada personal desde la izquierda.
Natxo no renuncia a él
Cada partido y rival son diferentes y, al ser preguntado en la rueda de prensa posterior por el cambio de sistema, el preparador quiso matizar que no sería la última vez que emplease el rombo y afirmaba que todavía iba a “dar muchas alegrías” este curso.
Y es que, a pesar del bache, el dibujo planteado por el Deportivo de inicio, ese tan criticado rombo, también sirvió en otros muchos encuentros.
Más que un problema de esquema, escuchados los protagonistas el domingo en zona mixta, parecía más tema de índole mental y, como reconocía Eneko Bóveda, de un estado de forma colectivo.
Un bajo rendimiento general de los jugadores que, a la postre, acababa repercutiendo en el rédito grupal. Un punto de inflexión para, como comentaba el míster, calmar un poco los ánimos y que se dejase de hablar de “crisis”.
Un sistema en el que, por otra parte, siguen brillando jugadores que ya lo hacían en el rombo, como Edu Expósito, del que destacó su partido ante el Albacete. Tuvo también buenos minutos Bergantiños, a punto de marcar tras un disparo que se estrelló en el larguero o Vicente Gómez, que dejó detalles de su clase. Un nuevo esquema que coincidió con el fin de la mala racha, dio alas al equipo y podría repetirse.