La Unión Ciclista Internacional (UCI) hizo oficial ayer que el Tour de Francia se retrasará dos meses a causa de la pandemia de COVID-19, mientras que el Giro de Italia tendrá lugar en octubre, tras el cual se disputará la Vuelta a España.
Tras una reunión de todos los componentes del mundo del ciclismo, la UCI decidió que el Tour se dispute entre el 29 de agosto y el 20 de septiembre, como propusieron sus propietarios, lo que obliga a retrasar la Vuelta, prevista inicialmente entre el 14 de agosto y el 6 de septiembre. El organismo aseguró en un comunicado que mantendrá las fechas de los Mundiales de ciclismo en ruta, entre el 20 y el 27 de septiembre en la localidad suiza de Aigle-Martigny, tras los cuales se disputará el Giro de Italia, que precederá a la Vuelta.
Para estas dos grandes citas de tres semanas, la UCI no precisó fechas exactas, al igual que para otras carreras y clásicas que, dijo, tratará de ubicar en el calendario en los próximos días. El presidente de la UCI, David Lappartient, justificó en un vídeo haber dado preferencia al Tour en la reubicación del calendario, por la importancia que esta carrera tiene para todas las familias del ciclismo. “Es esencial para todos ellos”, indicó Lappartient, que agradeció el esfuerzo para poder encontrar un calendario común. “El mantenimiento de esta prueba en las mejores condiciones posibles ha sido considerado capital a la vista de su posición central en la economía del ciclismo y por su exposición, en particular para los equipos que tienen en ella una visibilidad incomparable”, señaló la UCI.
Macron
El Tour venía trabajando en los últimos días en esa hipótesis y ya había dejado ver que era la única fecha posible, después de que el presidente francés, Emmanuel Macron, descartara el pasado lunes toda manifestación de masas antes de finales de julio. Eso obligaba al Tour a mover sus fechas iniciales, entre el 27 de junio y el 19 de julio. La UCI decidió este miércoles también prolongar las competiciones al menos hasta el 1 de julio y programar los campeonatos nacionales el fin de semana del 22 y 23 de agosto, justo antes de que se lance el Tour en la ciudad mediterránea de Niza. Los “monumentos” del ciclismo, como la Milán-San Remo, el Tour de Flandes, la París-Roubaix, la Lieja-Bastona-Lieja y el Giro de Lombardía, suspendidos a causa del coronavirus, serán reprogramados a lo largo de la temporada “en fechas todavía por definir”.
La UCI indicó que tratará de celebrar “el mayor número posible de pruebas” de su calendario internacional. Aseguró que programará un nuevo calendario, que incluirá también las pruebas femeninas, antes del próximo 15 de mayo, aunque recordó que estará “condicionado por la situación sanitaria mundial”. Por otro lado, aseguró que se ha alcanzado un acuerdo con las asociaciones de corredores y de equipos para establecer un marco que permita la supervivencia de las formaciones que encuentren dificultades financieras, preservando los derechos de sus ciclistas y su cuerpo técnico.