Alejandro Cobo Padillo (6 de julio de 1995; Sant Boi de Llobregat, Barcelona) es Álex, portero del Fabril. El domingo terminó la racha después de dos partidos imbatido y llegó la primera derrota con Luisitoen el banquillo (0-1 contra el Guijielo en Abegondo), pero Cobo confía en sacar adelante la situación.
¿Cómo está el vestuario?
El vestuario lleva jodido bastantes jornadas porque no nos salen las cosas bien, pero veníamos en una dinámica más o menos positiva. No creo que esta derrota pueda empañar lo que queremos hacer hasta el final de la temporada, que es conseguir la mayor cantidad de puntos posibles.
Casi 200 minutos sin encajar un gol, ¿cómo explicas esa mejoría en defensa?
Cada ocasión que nos generaban era casi un gol. Lo que ha conseguido Luisito es tener mucho orden e intensidad en defensa.
Y casi 200 minutos sin marcar, ¿falta algo en ataque?
Es cierto que, dejando la portería a cero, necesitamos hacer gol. El acierto de cara a portería es nuestro déficit, pero espero que entren todos los que no han entrado hasta ahora de aquí al final de la temporada.
En el gol del Guijuelo hiciste la ‘estatua’, describe la jugada.
Cuando le pega tan bien solo me queda felicitarlo. Yo veo salir el balón, pero cuando pasa por encima de la barrera baja rápido y es muy difícil llegar.
Tras el 0-1 tuviste una intervención destacada.
Cogimos un poco de miedo y nos echamos atrás. Me tocó parar un tiro desde fuera del área que iba muy colocado. Mi trabajo es ayudar al equipo y para eso estoy.
¿Crees que el equipo se mereció un resultado positivo?
Como mínimo nos merecíamos un empate y diría que la victoria porque, en la segunda parte, ellos no pasaron de mediocampo y nosotros tuvimos tres ocasiones claras.
Tres entrenadores en una misma temporada y seis en año y medio, ¿inestabilidad?
Es difícil adaptarse a tantos entrenadores en tan poco tiempo. Cuando llega uno nuevo, y por poco que quiera tocar, siempre acaba imponiendo su estilo. En mi caso, yo lo tengo más fácil porque mi posición es más básica que las demás y solo he tenido dos entrenadores de porteros.
Luisito destaca por su carácter, ¿cómo lo definirías?
Es una persona sencilla, que nos ha dejado las cosas claras desde que llegó al vestuario. Nos pide intensidad y estar juntos. Es tan intenso de puertas para fuera como en el vestuario y en el campo.
Has disputado los ocho últimos partidos como titular, ¿se acabaron las rotaciones?
No sé si se han acabado o no, pero yo entreno como siempre, tanto cuando juego como cuando no. Tengo buenos rivales en la portería, como Francis o Pedro, aprendo cada día con ellos.
De luchar por el título de liga a hacerlo por la permanencia, ¿qué ha cambiado?
Lo que hicimos la temporada pasada, subir de Tercera División y al año siguiente quedarse a un gol de ganar la liga, es algo que no volverá a pasar. Ha habido muchos cambios en la plantilla y no se puede comparar una temporada con la otra.
¿Sigue viva la Fabrilia?
Eso es algo que se quedó en la temporada pasada y para el recuerdo de todos los que formamos ese Fabril.
Solo 18 puntos en 26 partidos, ¿a qué os agarráis para seguir creyendo?
Nos agarramos a cada partido. No queda otra que sumar de tres en tres porque hacer cuentas no sirve de nada.
El próximo partido es contra el Unión Adarve, que marca la posición de ‘playoff’, ocho puntos por encima.
Es una final para nosotros, pero vamos a un campo difícil, de césped artificial, al que no estamos acostumbrado, y donde el rival aprieta mucho.
Tienes 23 años y es tu tercera temporada en el Fabril, ¿cuál es tu situación?
Tengo una cláusula para prorrogar mi contrato un año más si seguimos en Segunda B, pero todo está en el aire por ahora, aunque me gustaría continuar mucho tiempo aquí.
Edu Expósito y Diego Caballo, ¿ejemplos para soñar con el primer equipo?
Es una pasada verlos arriba y poder entrenar con ellos. También me gustaría llegar a mí y para eso trabajo. Lo que me toca es esperar y, si me dan la oportunidad, aprovecharla.
¿Cómo es tu relación con los porteros de la primera plantilla?
La relación con Dani (Giménez) y Adri (Ortolá) es espectacular desde el primer día. Me apoyan lo máximo posible porque saben la situación que estamos viviendo y entrenar con ellos es muy diferente, por su experiencia y el ritmo.