El Celta de Vigo cambió ayer su habitual campo de entrenamiento de las instalaciones deportivas de A Madroa por el mal estado del césped, y se ejercitó en el terreno de juego donde suele trabajar el filial, en una sesión en la que la presencia de Brais Méndez y Okay fue la principal novedad.
El centrocampista gallego superó la “faringoamigdalitis aguda” que le obligó a ausentarse de la sesión del pasado martes, mientras que el internacional turco se reincorporó a la dinámica del grupo tras jugar el pasado lunes con su selección frente a Francia en París.
A la espera de que regresen el mexicano Néstor Araujo y el internacional sub21 Fran Beltrán, el entrenador del Celta contó en la sesión de esta mañana con los futbolistas del filial Miguel Fernández, Diego Pampín, Lauti, Pablo Guimerá y Aldán Naval..
Por otra parte, Álvaro Fernández, portero internacional sub-19, se perderá lo que resta de temporada, después de que las pruebas médicas que le realizaron confirmaran que sufre “una rotura en el ligamento cruzado anterior de su pierna izquierda”. Una lesión que el meta andaluz, fichado este verano del Málaga, se produjo tras un mal gesto durante el último partido que enfrentó al filial celeste con el Rayo Majadahonda, correspondiente a la octava jornada del grupo I de la Segunda División B.
Por otra parte, el ayuntamiento de Vigo se comprometió con la Federación de Peñas del Celta a renovar de los asientos de la grada de Río Bajo del estadio municipal de Balaídos durante los meses de verano “para no molestar a los socios” durante la temporada.
En un comunicado, señala que la distancia entre filas de butacas se incrementará “entre 15 y 18 centímetros”. Además, apunta que la licitación de la reforma de la grada de Marcador está prevista para el mes de diciembre, y a finales de mayo empezará la obra. l