Sin apurar hasta el cuarto down, Jared Goff (24 años) podría ser hijo de Tom Brady (41). Y sin forzar nada, Sean McVay (33) podría serlo de Bill Belichik (66). Son dos de los ejemplos del duelo generacional por el títul que esta madrugada (00.30 horas) librarán en Atlanta los Rams y los Patriots.
Hay más. Brady acumula una temporada menos en la NFL (19), que los cinco referentes ofensivos de los Rams juntos: Goff (3), Todd Gurley II (4), Brandin Cooks (5), Josh Reynolds (2) y Robert Woods (6). Y a su lado estarán otros dos viejos rockeros, Julian Edelman (10) y Rob Gronkowski (9). En toda la plantilla del equipo angelino hay solo dos jugadores con más de nueve años en la NFL.
Pero si ambos están en los extremos en cuanto experiencia, a la hora de mover el oval son muy similares. De marcadísima filosofía ofensiva, los Rams fueron el segundo equipo que más puntos anotados y yardas ganadas promedió en la fase regular, mientras que los Pats acabaron cuartos y quintos respectivamente. New England también cerró el top-5 de yardas de carrera, dos puestos por debajo de su último rival de este curso. Ambos bajan puestos en yardas de pase: los Rams quintos y los Patriots octavos. En todo caso, siempre entre los mejores de la liga.
No así en defensa, donde los Pats son algo más sólidos, aunque su mejor defensa es la que la línea de ataque hace a Brady, una protección que logra que sea uno de los QB menos golpeados de todos los tiempos. Aaron Donald (líder de la NFL en sacks), Ndamukong Suh y Cory Littelton, puntales defensivos del equipo angelino, intentarán romper esa tendencia.
Otra similitud es la manera en que llegaron la SB. Los Rams lo hicieron ‘gracias’ a un error arbitral en la final de Conferencia ante los Saints. De tal gravedad que la NFL pidió perdón y la franquicia de New Orleans pidió la repetición de los 108 segundos que restaban en el momento del fallo. Los Patriots tampoco se salvaron de la polémica: una inexistente falta señalada sobre Brady que les dio la vida en un momento clave, aunque es cierto que no tanto como una infracción de la defensa de los Chiefs que anuló una intercepción al sr. de Bundchen que pudo haber acabado con el partido a falta de menos de un minuto. Y ambos jugando como visitantes.
La última coincidencia atañe a esas finales de Conferencia: nunca antes las dos se habían decidido en la prórroga.
Sea como fuere, agua pasada no mueve molino. Y para pasado, el de los nómadas Rams, única franquicia que ha ganado títulos (que no Super Bowls, cuya era empezó en 1967) viviendo en tres ciudades distintas: Cleveland (1945), Los Ángeles (1951) y Saint Louis (2002). En 2016 volvieron a California, y el sol les ha sentado de maravilla.
Los Patriots acumulan cinco títulos en la era SB (los Steelers tienen el récord con una más), todos con la dupla Belichick-Brady al frente. Esta madrugada jugarán su tercera SB consecutiva (solo los Buffalo Bills lo superan, con cuatro, pero todas perdidas), la novena en los últimos dieciocho años. Una barbaridad.
Muchos focos para en duelo que carece de favorito claro. Un rol que se le atraganta a los Pats: perdieron en 2007, y se quedaron sin temporada perfecta (18-1), y en 2011, en ambas ocasiones contra unos Giants que partían como super víctimas. Su dinastía empezó, además, cuando lograron su primer entorchado en la SB 2002, catalogada a priori como la más segura de la historia, por las medidas derivadas del 11-S y... porque los Rams partían como megafavoritos.