Azotados por las lesiones el pasado curso, los lujosos Nets parten, en principio, con todo su material humano y dos ‘fichajes’ de relumbrón: Kevin Durant, inédito en la 19/20 por la rotura del tendón de Aquiles –lesión de la que muy pocos vuelven– que sufrió en las Finales 18/19, y Kyrie Irving, KO desde el pasado febrero.
Un discreto 35-37 en fase regular y un aluvión de bajas a mayores antes de la ‘burbuja’ de Orlando les hizo pasar de puntillas por la última liga. La que empieza, la afrontan, además, con nuevo técnico, Steve Nash. Si el genial base canadiense es capaz de imprimir al equipo el juego que él desplegaba en pista, los Nets no solo serán divertidos de ver sino que apuntarán, como les corresponde, muy alto.
¿Insuficiente?
En lo más alto del Este acabaron los Bucks, cuyo decepcionante rendimiento en postemporada ha desembocado en revolución: 12 altas y 10 bajas. El cambio de Bledsoe por Jrue Holiday es un gran acierto, y entre Craig y Forbes mejoran a Matthews. Sigue faltando algo de tiro exterior y de consistencia en la pintura para conseguir algo más que ser el mejor de su Conferencia en la temporada regular.
Mucho menos movimiento en Boston, donde Thompson y Teague son refuerzos de perfil medio. Podría pesar mucho más la marcha de Hayward a los Hornets. Al igual que los Bucks, el juego interior es su asignatura pendiente.
Los flamantes –e inesperados– subcampeones, los Heat, apenas sufren variaciones relevantes. Se ha ido Crowder y llega Bradley, un exterior que puede darles mucho a ambos lados de la cancha. La eterna juventud de Dragic, la brillante juventud de Herro, Nunn, Robinson y el renovado Adebayo, la madurez como líder de Butler y la solvencia de varios de sus secundarios son mimbres más que sobrados para volver a estar con los mejores.
En esa aristocracia deben seguir unos Pacers prácticamente iguales a los que tan bien funcionaron –a pesar de las lesiones– el pasado curso: tres altas de poca enjundia y dos bajas de idéntico calado. Con Oladipo desde el principio, Sabonis ya recuperado de la lesión que le impidió disputar los playoffs, la explosión de Warren y un plantel muy profundo, son firmísimos candidatos al Nº1 del Este.
Los Raptors, segundos en la última fase regular, pierden potencial. Baynes, Len y Ellenson no dan para paliar la salida de Ibaka y Marc Gasol. El tiro exterior y el crecimiento exponencial de Siakam y VanVleet se antojan armas insuficientes para mantenerse en el top-3.
Al igual que los Bucks, los Sixers, que apuntaban muy alto hace unos meses, han pagado la frustración de la postemporada con una profunda renovación: 11 jugadores y entrenador nuevos. Seth Curry, Danny Green y Dwight Howard se unen a un proyecto que dirigirá Doc Rivers tras su pequeño fiasco en los Clippers. La salud de Embiid y Simmons volverá a ser el Ibex 35 de un equipo cuya pérdida más relevante es la de un Horford con ligeros síntomas de decadencia. La posible llegada de Harden –Philly suena con bastante más fuerza que otros candidatos a hacerse con el máximo anotador de las tres últimas campañas– cambiaría muchas cosas.
De la salud también estarán pendientes los Magic, que pese a la baja de Isaac entraron en playoffs. Otro de sus talentos, Ross, ha caído en pretemporada. No han incorporado nada demasiado consistente y pierden a DJ Augustin, así que, sobre el papel, tendrán difícil defender una octava plaza que vuelve a tener a los mismos pretendientes de hace unos meses: Hornets y Wizards.
Peces gordos
La franquicia de Michael Jordan se hizo con un pez gordo, Hayward, y eligió en el Nº3 del draft al ilusionante LaMelo Ball, y en segunda a dos interiores muy interesantes, Richards y Carey. Se ha ido el veterano Batum, uno de sus guías, pero con el alero de Indianapolis ganan en el cambio.
Pero para pez gordo, el que llega a la capital: Russell Westbrook, que volverá a tener a su lado un escolta de élite y muy anotador, Beal, aunque, ni de lejos, tan acaparador de balón como ‘The Black Barba’. La fórmula no triunfó en Houston, pero en Washington también tienen voz los Bertans, Bryant, Hachimura, Wagner, Pasecniks, Brown, Avdija... Jóvenes y con mucha hambre.
¿Final del túnel?
Burks, Noel, Rivers, Spellman y los rookies Toppin y Quickley son buenas incorporaciones para los Knicks, que además mantienen lo mejor que tenían. Falta por ver si un bregado sargento de hierro como Tom Thibodeau tiene la paciencia necesaria para poder poner orden en el joven gallinero y así poder optar al menos a una de las plazas que otorgan una bola extra de clasificación para unos playoffs que llevan sin pisar siete temporadas.