Las opciones de que el Real Madrid no busque nuevo entrenador y apueste por una solución interina con Solari, va ganando fuerza y se asienta con los resultados. Al estreno en Copa del Rey con goleada al Melilla (0-4), se sumó el trabajado triunfo frente al Real Valladolid en LaLiga Santander (2-0), que cortó la crisis de resultados en la competición doméstica después de sumar uno de los quince últimos puntos en juego.
En los próximos partidos, Solari necesita buenos resultados de visitante para seguir en el cargo. El Real Madrid tan solo jugará de local en noviembre el encuentro disputado ante el Real Valladolid y encadenará cuatro salidas antes de iniciar diciembre recibiendo al Valencia. La primera será en Liga de Campeones ante el Viktoria Plzen el próximo miércoles en el Doosan Arena de Pilsen. En la duodécima jornada liguera encara un examen siempre complicado en el pasado, Balaídos y el Celta de Vigo, tras el que llegará un nuevo parón por partidos internacionales.
Regresará del mismo el Real Madrid disputando otra jornada liguera como visitante, ante el Eibar en Ipurúa el sábado 24 de noviembre y finalizará noviembre con otro duro encuentro en el Olímpico de Roma que decidirá el primer puesto de su grupo.
Vinicius derriba la puerta
El madridismo tiene una nueva ilusión, un futbolista que levanta al espectador del asiento por su electricidad y descaro con apenas 18 años. Es Vinicius Junior, el jugador que necesitaba “tiempo de cocción” para Julen Lopetegui y “minutos” que sí le dio Santi Solari para recoger el premio con rapidez. El fútbol es el presente. Rápido se olvida lo mostrado en el pasado, aunque sea reciente, y no hay paciencia para esperar el futuro. Se le acabó al madridismo con Gareth Bale, al que hace dos meses veneraban como el nuevo referente y ahora despiden con una tronada pitada al ser sustituido. Se modifica en pasión y apoyo a cada paso de su nueva esperanza, Vinicius.
El brasileño ha conectado con la grada desde sus primeros pasos. Es un futbolista diferente al resto de la plantilla. Uno de esos encaradores de rivales que van desapareciendo del mundo del fútbol. Con el descaro del futbolista joven que aparece en momentos de crisis, que no parecen ir con él ni con su fútbol, transmite alegría en cada carrera que hace por el césped.
Lopetegui no le vio preparado para tener minutos con el primer equipo. Necesitaba atravesar un período de adaptación al fútbol español y aunque la Segunda B no fuese el escenario más propicio por la dureza y algunos terrenos que no están a la altura para un jugador que llega de ser referente en el Flamengo, el Castilla era el equipo en el que tendría que dar sus primeros pasos. Fue una decisión que chocó con la idea de las altas esferas del club.
Su única aparición, extrañamente, fue en un partido de los señalados en rojo en una temporada, en el derbi madrileño del Santiago Bernabéu ante el Atlético de Madrid. El 29 de septiembre saltaba a los 88 minutos como el último intento desesperado de derribar el orden rojiblanco en un duelo sin goles.
Ya no hubo más oportunidades para un jugador relegado al filial y que hasta la llegada de la Copa del Rey no tendría su oportunidad. Se le volvió en contra a Lopetegui que no llegó a ese encuentro de Melilla.