Vítor Silva fue uno de los fichajes en el mercado de invierno, pero su aportación al equipo fue escasa.
El centrocampista luso se incorporó a los entrenamientos con el club el 19 de febrero como agente libre, tras desvincularse del descendido Reus, y realizó varias sesiones con el primer equipo.
Su fichaje se oficializó el 5 de marzo. Silva había disputado las últimas cinco temporadas en el Reus, las tres primeras con Natxo González, actual técnico del Deportivo, como su entrenador. Llegó para cubrir la baja de Michael Krohn-Dehli, lesionado en su talón de Aquiles, pero apenas tuvo presencia y sus problemas musculares lo convirtieron en irrelevante.
Vítor Silva solo jugó cuatro partidos con la elástica blanquiazul, resumidos en los empates ante Almería y Oviedo, y las derrotas ante el Rayo Majadahonda y el Extremadura.
Mientras Natxo González fue el técnico tuvo algo de presencia, en el verde y en algunas convocatorias, con José Luis Martí solo jugó un duelo, y como titular, ante el Extremadura. El mediocentro, que había sido un puntal en el Reus con Natxo González, apenas dejó destellos de su calidad en el Deportivo.
Aunque demostró buena colocación y criterio a la hora de mover el balón, el problema radicó en su falta de forma. Llegó al club con problemas de ritmo, debido a la inactividad, y eso se trasladó al campo.
Muchas veces se le vio sobrepasado por los rivales, perdiendo balones y teniendo dificultades para asociarse con sus compañeros. Su perfil, más creativo que defensivo, y de cierta versatilidad, propició que fuese el recambio de futbolistas como Pedro Sánchez, Christian Santos o Vicente Moreno.
En los 125 minutos que jugó vio un total de dos cartulinas amarillas. Fue en los encuentros ante el cuadro majariego (min.89) y en el 39 ante el Extremadura. No sirvió ninguna asistencia ni anotó diana para el Depor con su sello.
Mientras Natxo González fue el técnico tuvo algo de presencia, en el verde y en algunas convocatorias, con José Luis Martí solo jugó un duelo, y como titular, ante el Extremadura. El mediocentro, que había sido un puntal en el Reus con Natxo González, apenas dejó destellos de su calidad en el Deportivo.
Aunque demostró buena colocación y criterio a la hora de mover el balón, el problema radicó en su falta de forma. Llegó al club con problemas de ritmo, debido a la inactividad, y eso se trasladó al campo.
Muchas veces se le vio sobrepasado por los rivales, perdiendo balones y teniendo dificultades para asociarse con sus compañeros. Su perfil, más creativo que defensivo, y de cierta versatilidad, propició que fuese el recambio de futbolistas como Pedro Sánchez, Christian Santos o Vicente Moreno.
En los 125 minutos que jugó vio un total de dos cartulinas amarillas. Fue en los encuentros ante el cuadro majariego (min.89) y en el 39 ante el Extremadura. No sirvió ninguna asistencia ni anotó diana para el Depor con su sello.
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