El Betis goleó por 3-0 a Osasuna y selló de forma matemática su salvación en un partido que dominó por completo ante un rival con los deberes ya hechos, mermado por las bajas en ataque, con su identidad perdida y que pecó de relajación para evitar fallos defensivos que acabaron por condenarle.
Tras un primer tiempo en el que los sevillanos superaron con un claro 2-0 a un rival despistado, muy endeble en defensa y con la identidad perdida, merced a los goles del argentino Guido Rodríguez y de Alfonso Pedraza, en el segundo el Betis siguió con el control absoluto del choque y amplió su renta en el último instante con un tanto de Aleñá.
Retos diversos
En la cuarta cita sin público en el Villamarín desde el regreso de LaLiga se medían dos equipos con retos diversos: el Betis quería mejorar su imagen y sellar una salvación casi virtual por sus 9 puntos sobre el descenso; y Osasuna, a 6 puntos del séptimo y con muchas bajas en ataque, apurar sus complicadas opciones europeas.
Los béticos dominaron por completo durante toda una primera mitad en la que, rebasado el primer cuarto de hora del encuentro, Sergio Herrera salvó el gol a tiro de Pedraza en otro fallo atrás de los navarros, pero no evitó que el cordobés hiciera el 2-0 en el 25 en un ataque que comenzó y culminó él mismo con un tiro cruzado, al recoger un rechace tras un balón de Fekir con no que no se quedó Borja Iglesias.En la reanudación, pese a buscar Joseba Arrasate soluciones a la apatía de su equipo sacando a Oier y al ecuatoriano Estupiñán.
Los osasunistas no bajaron los brazos, pero fueron siempre a remolque y no exhibieron su tradicional intensidad, lo que facilitó a un buen Betis su segundo triunfo tras el parón e incluso ampliar el marcador con un gol de Aleñá cuando el choque languidecía. l