Perder lo que resta de marzo y abril y volver a competir en mayo es la opción más probable a estas alturas y así les ha llegado a los propios jugadores del Deportivo.
Aunque se evitan las cábalas porque dependerá, en todo caso, de lo que determinen las autoridades, todo apunta a que no habrá fútbol ni este mes ni el que viene, lo que obligará a un final de temporada apretado, con el objetivo, de partida, de que concluya antes del 30 de junio, pero sin atarse tampoco a esa fecha por más que los contratos de algunos jugadores concluyan ese día.
Mientras tanto, los jugadores continúan en sus casas llevando a cabo sus planes individualizados de trabajo, los que le facilitó el preparador físico Manolo Pombo para llegar en las mejores condiciones posibles al momento en que la competición se restablezca con once jornadas más por delante y un apurado sprint final, con el calendario absolutamente comprimido.
Desde esta semana cuentan, además, con bicicletas estáticas en sus domicilios para hacer ‘rodillo’. A mayores, afrontan retos virales en las redes sociales. Después de dar toques al papel higiénico o entrenarse al ritmo de la música, ayer tocaron las series de abdominales cargando garrafas llenas de agua como hizo el delantero Claudio Beauvue, que sigue siendo uno de los más activos en las redes sociales.
Son días para que el cuerpo se recupere de la fatiga muscular y tendinosa que implica la competición para regresar en mejores condiciones articulares, aunque, eso sí, en peor estado de forma, como explicó en una entrevista con este diario el que fuera preparador físico del Deportivo con Joaquín Caparrós como entrenador blanquiazul hace ya quince años, Javi Reyes.
Al Deportivo le quedan once jornadas pasa salir del descenso y acabar la temporada en el fútbol profesional tras haber caído a esas posiciones justo antes de que el coronavirus detuviera el campeonato, con el contundente 4-0 de Almería.
Los blanquiazules tienen 35 puntos en su casillero y están empatados con el Rayo Vallecano y el Oviedo en la clasificación de Segunda. Precisamente a los asturianos tendría que enfrentarse este fin de semana en el Carlos Tartiere con la diferencia de goles en juego después del 3-2 con el que finalizó el partido que abrió el campeonato.
El objetivo en lo que resta de curso será alcanzar los 50 puntos que garantizan la continuidad en Segunda División. Deben sumar quince unidades más y quedan 33 en juego. Es decir, que pueden permitirse seis fallos en once jornadas y están obligados a ganar cinco partidos, casi la mitad de los que quedan.
Seis en Riazor
Por la casa del Deportivo tienen que pasar de aquí a la conclusión de la temporada, además del Sporting de Gijón, al que tenía que haberse medido el fin de semana pasado, el Extremadura, también de la zona baja; Rayo Vallecano, Ponferradina y Fuenlabrada, que se sitúan en la zona media, y el Huesca, que está en la parte alta de la tabla.
A domicilio, le quedan el Oviedo, Elche Tenerife, Málaga y Mirandés en la recta final del campeonato.