El Leganés y el Celta de Vigo se juegan el último puesto que da derecho a la permanencia en la máxima categoría del fútbol español en la que será una jornada trepidante entre dos conjuntos que no han logrado escapar de la parte baja en todo el curso.
En el caso de los madrileños, son quienes parten en una situación de desventaja pues tienen que ganar a un Real Madrid que ya es campeón y esperar a que el Celta de Vigo no haga lo propio en su visita al Espanyol. Si ambos empatasen a puntos, la diferencia de goles es claramente favorable a los vigueses toda vez que unos y otros se repartieron los triunfos en la primera vuelta y en la segunda.
Suceda lo que suceda, que los de Javier Aguirre estén en disposición de alcanzar su objetivo en la última jornada no deja de ser un logro teniendo en cuenta cómo ha sido el transcurso de su campaña.
En puestos de descenso desde la segunda jornada del campeonato, no fueron capaces de imponerse a sus rivales en las nueve primeras jornadas. La tranquilidad pese a lo complicado de la situación y una buena racha en este tramo final del curso han modificado el panorama devolviendo la esperanza.
Apoyo de Mouriño
El presidente del Celta de Vigo, Carlos Mouriño, y el director general de la entidad, Antonio Chaves, acudieron en la jornada de ayer a las instalaciones deportivas de A Madroa para animar al cuerpo técnico y a la plantilla tras perder anoche ante el Levante (2-3) y complicarse su continuidad en LaLiga Santander.
El conjunto dirigido por Óscar García Junyent está obligado a ganar el próximo domingo al Espanyol para sellar matemáticamente su permanencia en LaLiga sin depender de lo que haga el Leganés en su partido ante el Real Madrid.