En los próximos días, concretamente el martes, esperan respuesta por parte del abogado de AFE. Los socios expresaron su opinión a hacer este esfuerzo y reunir 65.000 euros siempre que se consiga el acuerdo y que el equipo pueda seguir en Tercera, en caso diferente son de la opinión de la disolución y empezar de cero en Tercera Autonómica.
Así las cosas, el futuro del Boiro pasa ahora por alcanzar el acuerdo con los jugadores, que está muy cerca. El mayor problema es que todos los que denunciaron deben aceptar las condiciones, si tan solo uno se niega la cuerda se rompería.
El club espera que todo se resuelva a principios de la próxima semana, ya que las personas que tratan de salvar la entidad entienden que habría luego que conformar una directiva para trabajar en la confección del equipo, que sería muy económico dadas las circunstancias, para empezar la pretemporada a mediados de julio. Dilatar las negociaciones solo empeoraría el escenario. Ahora mismo, una vez finalizado el plazo para hacer efectivo el pago de la deuda que caducó el viernes, el club tiene bloqueados sus derechos federativos por lo que no puede tramitar fichas, pero esto no supone el descenso automático como le ocurrió el pasado año en Segunda B.
El próximo plazo para el Boiro expira el 31 de julio, pero el club quiere llegar a un acuerdo con los jugadores lo más rápido posible para esclarecer la situación y tomar una decisión final.