La eficacia del goleador uruguayo Luis Suárez, certero en la primera ocasión, relanzó al Atlético, que sumó una victoria tan ajustada como indispensable contra el Celta, frustrado por Jan Oblak y por su propia falta de pegada arriba y preocupado por el desconsuelo de su tercera derrota seguida.
El plan de Óscar García reventó en los primeros minutos con un tempranero gol de Luis Suárez. El conjunto celeste salió con un sistema de cinco defensas que quedó desdibujado ante una gran acción colectiva por la banda izquierda del Atlético, un ataque coral que se cerró con un buen pase de Manu Sánchez para el remate final de Luis Suárez.
El conjunto capitalino solamente necesitó ese tanto para sobrevivir durante el primer período. Hasta mediada esa primera mitad tuvo la posesión de la pelota, suficiente para tener al Celta controlado con un gran Koke en la zona de creación, arropado por el debutante Lucas Torreira, un pulmón que empezó a demostrar que está llamado a ser un jugador clave para Diego Pablo Simeone tras la salida de Thomas.
El equipo gallego se desperezó y no llegó el empate por su falta de gol. Los primeros avisos fueron un tiro de Aspas y un cabezazo de Santi Mina, ambos cómodos para Oblak.
El Celta fue hacia arriba y siguió haciendo daño. Tras una genialidad de Aspas en un control, Carreira mandó al poste un centro de Olaza y minutos después un pase de Nolito dejó a Santi Mina libre de marca ante Oblak, que detuvo el mano a mano.
El Atlético estuvo sometido al empuje de su rival. Una volea de Olaza o un remate de Fontán desde dentro del área inquietaron a Oblak. El equipo vigués tiró diez veces a portería durante el primer tiempo. El Atlético, atrás y contragolpeando, apenas amenazó a Iván Villar, salvo un disparo de Torreira o un saque de esquina de Lemar que tocó el travesaño.
El número de oportunidades descendió después del descanso. Los gallegos continuaron atacando pero sin generar demasiado peligro. El Atlético se mantuvo atrás para golpear al contraataque. Las continuas faltas provocaron que el ritmo decreciera. Simeone movió el banquillo, pero su equipo siguió muy metido en campo propio. En una acción de estrategia, a falta de cuatro minutos, el colombiano Jeison Murillo rozó el empate. Quién sí acertó fue Yannick Carrasco, que sentenció en los instantes finales de cabeza. l