El estadounidense Christian Coleman, vigente campeón mundial de los 100 metros, ha sido suspendido provisionalmente por la Unidad de Integridad del Atletismo (AIU) por no estar disponible para un control antidopaje, una medida que el corredor considera que hubiera podido evitarse “con una simple llamada telefónica” porque, cuando intentaron localizarle, estaba “de compras a cinco minutos de casa”.
Los controladores se presentaron en el domicilio de Coleman el pasado 9 de diciembre y estuvieron llamando a la puerta durante una hora, sin respuesta desde el interior. Así consta en el “aviso de intento fallido” que le fue remitido al atleta, que ya faltó en el pasado a otros controles. La Agencia Estadounidense Antidopaje (USADA) acabó exculpándole y pudo competir en los Mundiales de Doha 2019 donde ganó los 100 metros con 9.76.
Una sanción en firme podría traducirse en una suspensión de dos años y la ausencia de Coleman de los Juegos Olímpicos de Tokio 2021.
Seis meses
En un comunicado tras el anuncio de su suspensión provisional, que apareció ayer en la lista actualizada de sanciones de la AIU, Coleman dice que siempre que ha sido sometido a control le han “llamado por teléfono” y no entiende por qué esta vez no fue así. Añade que lleva seis meses recurriendo la decisión que ahora ha sido anunciada.
El velocista reconoce que esta es su tercera falta a un control en los últimos doce meses y, aunque admite su culpa en una de las dos anteriores, considera que esta tercera obedece a “un propósito intencionado” de hacerle perderse un examen: “Me han controlado muchas veces después, incluso durante la cuarentena. Pero eso no importa. Como no importa que nunca haya consumido drogas. Sabéis que esto es incorrecto, AIU. Algo tiene que cambiar”.
La AIU, por su parte, destaca que una suspensión “no es una sentencia previa de culpabilidad, sino una decisión para salvaguardar los intereses del deporte”. l