Dani Giménez ofreció una interesante charla durante el acto en el que la Peña Don Bosco Pepe Guillín premió al portero por su trayectoria profesional.
Con 36 años y un currículum potente, ¿ya lo tienes todo controlado?
Eso pensaba hasta que empezó este año y no había vivido situaciones así de malas con equipos hechos para ascender. Lo hemos pasado muy mal, pero por suerte, como dice la gente, ‘fútbol es fútbol’, pasan estas cosas y la confianza, la dinámica, la llegada de Fernando... todo nos ha dado un empujón de positivismo, de confianza y aquí estamos, con una muy buena racha y afrontando los partidos de una manera totalmente diferente. Ya no tenemos los miedos de antes al jugar con cualquier equipo, sino la confianza de que vamos a sacar los tres puntos.
Todo lo que antes no os salía, ahora sí.
Al final, lo que se puede hacer es trabajar diariamente y poner todo tu empeño en hacer las cosas bien. Si lo vales y trabajas para estar a tu mejor nivel, más temprano que tarde vas a darlo y vas a ayudar al equipo. Estamos enganchando a gente en el equipo que no lo estaba pasando bien y no estaba mostrando su fútbol, y poquito a poco, cuando los resultados vienen, la alegría en el equipo empieza a ser más grande y jugaremos mejor.
¿Qué ha aportado Fernando Vázquez para el cambio tan radical del equipo?
Cuando percibes a alguien como un salvador o toda la gente lo ve como un salvador, al final, con tres o cuatro cosas que él te diga, tú te lo crees porque tiene el apoyo de todo el mundo. Es una persona importante y viene refrendado de su equipo de trabajo y sus conocimientos, pero es que está muy actualizado. Es algo que sorprendió muchísimo no solo a mí, sino a todo el vestuario. Sabes que te va a llevar psicológicamente bien, que la gente va a estar con el equipo porque está Fernando, vienes de conseguir prácticamente nada, entonces, a la mínima la gente se va a enganchar aún más. Además, tiene todas las respuestas a las dudas que teníamos en el campo. El adecuado para sacar esto adelante tenía que ser una persona como Fernando porque el otro igual podía ser Arsenio, pero él ya no puede entrenar La plantilla ha dado un giro en todo, lo vemos en las caras cuando vamos a entrenar. Tiene ese aura de que todo va a salir bien y él ha sido el detonante de todo este momento nuevo.
Fernando tiene ese aura de que todo va a salir bien y es el detonante de todo esto
Ahora hay que salvarse —aunque alguno por la calle ya sueña con cotas más altas— y en verano construir un equipo para pelear el próximo curso.
Sí, hay mejor base de lo que parece y ahora, con los fichajes nuevos, la mayoría están firmados para quedarse el año que viene si nos mantenemos y ya empezar con una plantilla con calidad. Además, cuando las plantillas lo pasan tan mal, eso te curte, esas situaciones son complicadas. Evidentemente, nos queda muchísimo por pasar, muchos partidos y no nos podemos permitir fallar porque otra vez volveremos a estar metidos en el fango. La afición puede estar tranquila porque el equipo lo tiene muy claro, la euforia sí, pero comedida, no tener mariposas en el estómago porque todos sabemos que pensar más allá del próximo partido es perder energía. El fútbol es muy cambiante y lo que tenemos que hacer es trabajar para seguir en esta dinámica.
Cuentas con el apoyo de la afición e incluso has recibido aplausos cuando has cometido algún error.
Sí, el año pasado, contra el Extremadura, fue una pasada. Y este año también tuve una, aunque no quiero ni recordarla, que luego, cuando salí de Riazor, la gente vino a darme su apoyo, pero son cosas que al final, cómo no voy a ser del Depor con el cariño que me da la gente. Por muy frío que fuera, sería imposible que el corazoncito no me lo tocara un poco. Esos momentos se me han quedado grabados, al igual que he notado el apoyo de la afición cuando a veces he dicho alguna cosa.
Alguna bronca que has echado en el vestuario.
Sí. Son cosas que yo valoro y aprecio mucho.
Eres un jugador respetado.
Siempre he sido igual con mis compañeros y mis entrenadores porque vengo de una familia humilde, trabajadora. Me han educado en los valores del respeto y nunca está de más ponerse en la piel del compañero y entenderle un poco, entendiendo también al aficionado, que cuando no está de acuerdo, tienes que bajar un poco la cabeza.
Los porteros sois distintos en esencia a los jugadores de campo. ¿Siempre has sido guardameta?
No, en juveniles en el Celta jugué algún torneo de delantero. Siempre me ha gustado mucho jugar con el pie y de pequeño entrenaba de jugador, pero mi padre era portero, mi abuelo también a un nivel regional y siempre tuve la cosita esa de ser portero. Siempre me ha gustado también meter goles y eso lo dedicaba más a mi tiempo libre, pero al entrenar en serio en un equipo, siempre de guardameta y no me arrepiento para nada porque sufrimos mucho, de ahí también el carácter especial que tenemos a veces. Yo creo que soy de los menos raros, pero también estamos más preparados para cuando las cosas van mal.
Cómo no voy a ser del Depor con el cariño que me da la gente
Tenéis un rol importante en el equipo porque tenéis que ejercer un poco de capitán y controláis el juego desde atrás.
Sí, toleramos más el error porque un jugador puede fallar un pase, un día mete un gol en propia meta, que generalmente son rebotes y carambolas, pero cuando nosotros fallamos, es fastidiado. Este año, ha habido partidos en los que lo he pasado mal, pero son tantos años en los que las miradas van a hacia ti, que te vas moldeando un poquillo. De todas maneras, creo que ahora los jugadores están tan expuestos por las redes sociales y la prensa, que poco a poco se van moldeando y veremos cada vez jugadores más raros como los porteros.
Hoy en día, el fútbol está tan profesionalizado, que se llega al extremo de que estudiáis por dónde lanza los penaltis cada rival.
Se llega al extremo de que el que lanza los penaltis ve adónde se tira el portero, cómo se tira... nuestro entrenador de porteros, Yván Castillo, lleva todo eso. Es verdad que hemos cambiado un poco la metodología últimamente, pero Yván se lo estudia todo. Si el lanzador ha tirado un penalti en cadetes, me lo pone. Yo tengo muchos datos y muchas veces digo ‘Yván, va a tirar este’ porque del Albacete, por ejemplo tenía los datos de cuatro, entre ellos, del chico que lanzó —y al que le detuvo el penalti—.
¿Para cuándo un Zamora con el Deportivo?
Este año complicado ya (se ríe). He estado a punto un año, con el Alcorcón. Depende mucho del estilo de juego que lleves, los porteros no paramos solos. Nunca he tenido un ídolo, pero lo más cercano que tuve fueron Patxi Villanueva, que luego fue entrenador mío de porteros, y Cañizares, porque era una persona que veía todos los días, grande, que luego fue al Real Madrid. Y Paco Liaño, porque le veía en la televisión y tenía sus cromos.
Los porteros estamos más preparados para cuando las cosas van mal
¿Quién consideras que es el mejor portero de la Liga en la actualidad?
Parando, para mí, es Oblak. Bajo palos es una máquina. No es técnicamente limpio, pero lo para todo. En los penaltis, igual hay otros mejores, aunque a veces los penaltis son un don. Me acuerdo en el Celta de Óscar Pablo Caballero, que de hecho le paró un penalti a Tristán. Le veías entrenando todos los días y tenía un don. Y con el pie, está Ter Stegen. De hecho, seguramente en el Barça Oblak no lo haría tan bien como Ter Stegen. Muchas veces, los porteros también son buenos dependiendo del equipo donde jueguen. Para mí, el portero perfecto sería una mezcla de ambos. Ha habido porteros muy buenos, pero nunca una mezcla de esos dos.
¿Cómo es tu día a día?
Ahora me cuido más que antes porque cuando vas cumpliendo años, tienes que cuidarte más. Me han dicho que aquí hay una leyenda, Dagoberto Moll, que sigue yendo al gimnasio una hora y pico... así que imagínate. Tienes que cuidarte y ahora voy antes a entrenar y la alimentación la cuido mucho porque esto me gusta y quiero estar a buen nivel y disfrutarlo. El día que no me encuentre bien en un campo de fútbol o entrenando, diré que me voy, pero quiero que eso llegue muy tarde.
¿Y cómo te relajas?
Me gusta mucho la música, me evade, me relaja y otras veces me activa. Y me encanta hablar con los amigos.
Una de mis abuelas me dijo: "¿Al Depor, Dani?, ¿Estás de broma?"
De pequeño era un friki del ‘Compos’ y de Paco Liaño
¿Conociste a Fernando Vázquez en Vigo?
A Fernando ya le conocía porque de pequeño yo era un poco friki del ‘Compos’, no sé por qué, e igual que con Paco Liaño, que era del Depor, pero me gustaba mucho. Yo, de niño, siempre veía a los tres equipos —Depor, Celta y Compos— y tenía un cromo de Paco Liaño en casa y luego miraba a Fernando, porque era el técnico gallego que tenía más fama después de Arsenio. Cuando estás allí, también te cuentan cosas sobre él y ahora lo he podido conocer personalmente.
Estabas en la cantera del Celta entre 2001 y 2004, cuando el Depor logró gestas como el 4-0 al Milán y el del ‘Centenariazo’ en la final de Copa contra el Madrid.
El Celta tenía también un gran equipo, no al nivel del Depor, pero la rivalidad un poco entre el Celta y el Depor en esos años era muy bonita precisamente por la calidad de sus futbolistas y la cantidad de jugadores internacionales. Los partidos eran vistos en todos lados. Yo creo que en el futuro los volveremos a ver así.
Naciste en Vigo, pero Nigrán es muy importante para ti.
Porque allí me casé con mi mujer. Estábamos dando vueltas para encontrar un sitio que a ella le gustara y fue llegar allí y dijo, ‘aquí me quiero casar’.
¿Dónde la conociste?
Es la mejor amiga de la mujer de un muy buen amigo mío. De hecho, somos los padrinos de su hijo ahora y la vi en su boda y luego ya...
Flechazo.
Por mi parte sí, y luego ya sabéis cómo va esto, pico y pala e intentando convencerla, si se puede decir así.
Una mujer afgana es un contraste para aprender y abrir tu forma de ver el mundo.
Ella en realidad tiene la nacionalidad española porque vino de bebé, tenía dos años. La madre sí lleva más la cultura persa, pero siendo española también entiende bien el idioma, sabe hablarlo bien, pero es cierto que como más tocamos la cultura es con su madre, la manera de cocinar, cuando te cuenta cosas de un gran país que por desgracia está ahora mismo en una situación difícil y con esa nostalgia de no poder volver a la tierra donde nació, pero son cosas del mundo y ya iremos.
Tú también saliste de tu casa muy joven.
Sí, con 19 o 20 años, decidí irme porque estaba en el Celta B y fue cuando luego el Celta estaba jugando la Champions, que bajaron, y al principio, con la juventud, me apetecía no salir de casa, porque en casa estaba muy bien, pero sí vivir el fútbol de otra manera, porque la situación allí no era la mejor para la gente de Vigo y creo que me ha ido bien.