Real Madrid y Barcelona vuelven a medirse en el que es el primer examen parcial para ambos en Europa, en la presente temporada, con la convicción de que estos partidos siempre son algo más porque se escrutan hasta los mínimos detalles.
El equipo azulgrana llega como líder de la competición, con una sola derrota en su haber, mientras que el blanco ha tenido tres tropiezos –ninguno en casa–, pero en ACB está teniendo un comienzo inmaculado (8-0), mientras que el Barcelona ha perdido dos veces en ocho jornadas. Resumen: 15 partidos jugados por ambos e idéntico balance: 12-3.
En lo que llevamos de siglo y en Euroliga el Madrid domina por un exiguo 13-12; y el último choque fue el de la Supercopa, el pasado 22 de septiembre en Madrid (89-79), ya con Nikola Mirotic en las filas del conjunto catalán.
Foco morboso
El ala-pívot internacional español de origen montenegrino volverá a ser uno de los focos del partido, por su pasado madridista –desde los catorce años hasta que nueve después puso rumbo a la NBA tras ganarlo todo en Europa–y por su importancia en el juego del Barça. Luego, claro, está el hecho de que el Clásico no es un partido más, aunque en realidad y en esta ocasión sí.
Pablo Laso tiene a catorce jugadores disponibles, incluido Trey Thompkins que todavía no ha debutado en el torneo continental, y las ya conocidas bajas de Felipe Reyes y Salah Mejri por lesión.
Un hecho es la superioridad madridista en el puesto de base, habida cuenta de las bajas de Kevin Pangos y Thomas Heurtel que dejan a Malcolm Delaney como único ‘1’ puro, aunque contará con la ayuda de Pau Ribas.
Así las cosas, el Madrid tratará de ahogar a Delaney para atajar de raíz la creación de juego, porque a partir de ahí el Barcelona es un equipo profundo con calidad casi infinita. Brandon Davies, Niko Mirotic y Cory Higgins son el terceto anotador azulgrana, pero ahí no se acaba su potencial.
El Barça ha ganado cuatro partidos fuera de casa –sólo perdió en Milán– y el Madrid no ha perdido ninguno en su feudo. El Clásico será un auténtico examen parcial para ambos, aunque sea cual sea el resultado no es decisivo.