El equipo vigués, que en el último partido disputado en Balaídos ante el Alavés ofreció una leve mejoría en el juego a pesar de la derrota, espera reencontrarse con la victoria después de encadenar seis jornadas sin ganar, en las que lo más preocupante fue su pérdida de identidad.
Tan crítica es la situación a pesar de estar en octubre que la directiva que preside Carlos Mouriño lanzó esta semana un sorprendente e inusual comunicado para pedir a la afición que apoye al equipo durante los noventa minutos con el objetivo de evitar la pitada de los últimos encuentros.
Mohamed es consciente de que se juega el puesto y, por primera vez, renunciará a su idea de alinear a un delantero físico para situar a Iago Aspas como nueve, con Emre Mor en la banda derecha, Boufal en la izquierda y Brais Méndez como enganche.
Lobotka y Beltrán parecen inamovibles en el doble pivote, por lo que el turco Okay Yokuslu, otro de los refuerzos veraniegos, arrancará de nuevo en el banquillo. Y en la defensa la única novedad será la entrada de Juncá en el lateral izquierdo.
El Eibar se presenta reforzado en Balaídos después de haber logrado los tres puntos en su último desplazamiento a Girona y haber empatado ante el Athletic en un encuentro en el que dominó de principio a fin. José Luis Mendilibar, técnico armero, cuenta con las bajas de Paulo, Escalante, Pedro León y Dmitrovic. Los excélticos Orellana y Charles vuelven a Balaídos.