El sevillano tardó en estrenarse como goleador, pero desde que lo hizo, ha marcado en todos los partidos salvo en la visita al Córdoba.
Con paciencia, sin perder los nervios ni tener ansiedad por ver puerta, con la confianza de saber que tarde o temprano iba a poder celebrar dianas como deportivista. Así fue como llegó el primer gol del delantero cedido por el Sevilla.
Se lo marcó al Málaga y sirvió al equipo para rescatar un punto antes de quedarse en inferioridad por la polémica expulsión de Quique González.
En el siguiente encuentro, ante el Elche, y sin el vallisoletano en el césped por la chilena que le había costado la roja ante los andaluces, Carlos Fernández se marcó un hat-trick.
Anotó, de hecho, los tres primeros goles, los que pusieron en bandeja la victoria ante los ilicitanos.
El quinto fue el más rápido, el que firmó ante el Reus en menos de 40 segundos. "Ha sido una combinación maravillosa. Lo trabajamos durante la semana en los entrenamientos y tiene sus frutos. Ha sido el premio al trabajo de este tipo de automatismos", explica el punta deportivista, que se ha consolidado en las alineaciones de Natxo González y se ha casado con el gol en casa.