Al Paiosaco le fue imposible abrir la puerta del portaequipajes del autobús y no pudo acceder a su material deportivo, algo que provocó el retraso del encuentro hasta encontrar una solución. Pero la solución no llegó. Los jugadores del Paiosaco no disponían de botas de fútbol ni de espinilleras, algo imprescindible para la disputa del partido, según el árbitro Ferrol Muñiz.
Con el paso de los minutos el Barco proporcionó al Paiosaco botas de fútbol y hasta siete pares de espinilleras pero el equipo de A Porta Santa alegó que no iba a competir en esas condiciones, ya que solo podía alinear a siete jugadores.
Posteriormente, Juan Riveiro, entrenador del Paiosaco, explicó la versión de su club en la Radio Galega.
“El árbitro dejó claro que no podíamos jugar sin espinilleras y solo aparecieron siete pares. Y algunas de las botas estaban rotas, otras sin cordones, otras sin plantillas... Tenemos fotos. ¿Tenemos la culpa de que no podamos acceder al material? Hicimos todo lo posible para jugar pero con siete jugadores, con botas rotas y con botas con tacos de goma consideramos que no podemos competir", afirmó el entrenador.