Trabajo y más trabajo. Correcciones y más correcciones. Luis César Sampedro, enérgico, vehemente por momentos, agita los entrenamientos para levantar al equipo de la lona a la que ha caído. Quiere una reacción inmediata, más después del agrio debut que protagonizó su Depor en Las Palmas.
Los jugadores han asumido la culpa de lo que pasó en Gran Canaria. El plan del partido pasaba por quitarle más el balón a los insulares, por presionar con agresividad. Nada de eso ocurrió en el césped. Los amarillos jugaron como quisieron, al ritmo que marcaron Jonathan Viera, Pedri y compañía para desesperación de un Deportivo que no supo plantarles cara, que no les contrarrestó y que acabó ofreciendo la peor imagen de la temporada en el verde.
El lunes tocó día de descanso para limpiar la mente y el martes, sesión de vídeo para repasar los errores. El cuerpo técnico les hizo ver, a través de las imágenes, como si del VAR se tratara, los errores que cometieron en el terreno de juego, lo que teóricamente estaba preparado y lo que realmente salió.
El Deportivo ha caído al último puesto de la tabla y necesita desde ya levantarse. El Málaga es el próximo rival y Luis César se afanó ayer en doble sesión en instruir a sus pupilos en labores de ataque y de defensa, al tiempo que esbozó un primer once a la espera de que lleguen los dos internacionales que todavía no se han incorporado a la plantilla: Lampropoulos y, principalmente, Gaku Shibasaki.
A tenor de lo visto ayer podría haber cambio de sistema, con dos puntas, y también de jugadores en la formación inicial. Aketxe, magistral en las acciones a balón parado, se transforma en un jugador más con el cuero en movimiento, así que se buscan alternativas.
En varios ejercicios Beto da Silva compartió punta del ataque con Samuele Longo y por detrás de estos estaban Borja Valle en banda izquierda y Mollejo en la derecha, mientras que la medular era para Bergantiños y Vicente Gómez (tal vez Shibasaki) y la defensa, para Bóveda, Nolaskoain, Montero y, si está en condiciones, Salva Ruiz.