Félix González Garrote (A Coruña, 1986) cuelga las botas. El defensa se retira después de cinco temporadas en el Sofán y una amplia carrera en clubes como el San Tirso, el Olímpico y el Victoria, entre otros. Pegajoso en la marca pero noble tanto dentro como fuera del campo, Félix analiza su trayectoria tras el homenaje que recibió el pasado domingo en O Carral debido a su despedida.
¿Por qué lo dejas?
Ya llevaba dos años dándole vueltas a la retirada y además motivos laborales precipitaron mi decisión. Ahora ya toca disfrutar de la familia.
¿Te costó tomar la decisión?
Siempre cuesta tomar este tipo de decisiones pero hay que afrontarlas. Tengo 32 años, llevo jugando desde que tenía seis y ahora hay que dar paso a los jóvenes.
Recibiste un homenaje en O Carral. ¿Cómo fue?
Quería jugar un rato para poder despedirme de la afición. Cuando salimos los dos equipos al campo estaban familiares, mi mujer y mi hijo en el círculo central y Ricardo, el presidente del Sofán, me entregó un cuadro con fotografías de mis cinco años en el club. Fue muy emotivo. El campo estaba lleno y el aplauso de la afición cuando me cambiaron será muy difícil de olvidar.
Jugaste 24 minutos. ¿Era algo pactado?
Había hablado con Iván (Cancela) de jugar unos 20 minutos. Llevaba un mes sin entrenar y no estaba para mucho más. El último partido no lo podré jugar por motivos laborales.
Nunca estuve tan a gusto y tan bien en ningún club como en el Sofán, es una familia
¿Con qué te quedas de tu paso por el Sofán?
Son muchas cosas. Más que un club es una familia. Te acogen y ayudan desde el primer día y además dan un trato muy cercano a los jugadores y a las familias. Eso es difícil de encontrar. El vestuario fue espectacular. Me llevo muy grandes amigos. Y no puedo dejar de nombrar a la afición del Sofán. Es única. Acompañaron siempre al equipo en las buenas y en las malas. Además siempre respetaron a rivales y a árbitros. Algo muy difícil de encontrar hoy en día. Nunca estuve tan a gusto y tan bien en ningún club como en Sofán.
¿Y la espina es la Copa? ¿Te fastidia despedirte sin la Copa da Costa que tanto queríais para el Sofán?
Desde luego. Después de lo del año pasado y que el club llegó a tres finales de Copa y perdió las tres... El gran peso de mi renovación fue poder ganarla este año. Pero no pudo ser. Son cosas del fútbol y confío que en un futuro próximo el Sofán la pueda ganar, se lo merece.
¿Qué recuerdo crees que les quedará de ti a todos tus compañeros?
Espero que les quede un buen recuerdo. Creo que intenté ser un buen compañero todos estos años intentando hacer grupo. Nunca tuve ningún problema con nadie. En lo futbolístico fui siempre muy competitivo y lo di todo en cada partido para intentar ganar siempre.
¿Y a tus rivales?
Nunca fui un jugador de tener piques con rivales, ni tampoco un rival sucio. Quizá piensen que era un poco incordio porque siempre estaba encima del delantero (risas).
Intenté ser un buen compañero todos estos años intentando hacer grupo
¿Qué te ha enseñado el fútbol?
Muchas cosas. Al final el fútbol se reduce a un grupo de personas que conviven durante diez meses pasando buenos y malos momentos, pero cuando un vestuario está unido, siempre se nota en el campo.
¿Ha cambiado en algo el fútbol desde que empezaste?
Sí, creo que el nivel del fútbol es más bajo. Los chavales ya no juegan en la calle como hacíamos nosotros antes y al final esto hace que no tengan la picardía que teníamos nosotros.
¿Crees que podrías haber jugado más arriba?
Aunque tuve varias opciones de poder fichar en Tercera, para mí lo importante era poder jugar y tener minutos. Al final me asenté en Preferente durante varios años y no me arrepiento.
¿Y ahora qué? ¿Las botas irán a la basura o se usarán en Veteranos o en pachangas?
De momento quedarán para el recuerdo, no tengo pensado volver a jugar. Quizá en algún partido de solteros contra casados (risas).
¿De quién te acuerdas en estos momentos?
Quiero dar las gracias a todos los compañeros y entrenadores que tuve hasta ahora. Y también a mi familia, especialmente a mi mujer por aguantarme todos estos años. Ojalá a mi hijo Hugo le guste el fútbol como me gustó y me seguirá gustando a mí.