El Deportivo, que no ganaba un partido desde la primera jornada de Liga, el pasado 18 de agosto, logró —no sin sufrimiento— pasar la eliminatoria de la Copa del Rey que le enfrentó al Illueca. Un partido que se decidió por dos goles blanquiazules en los diez últimos minutos de juego, después de que el equipo aragonés se lo pusiera realmente complicado a los de Riazor.

El triunfo, el primero de la era Luis César, puede servir para que el proyecto empiece a levantar el vuelo después del peor inicio de Liga y la racha más ominosa que se recuerda en el seno del deportivismo.

Ambientazo espectacular, como no podía ser de otra manera, en el coqueto Papa Luna de Illueca. Los zaragozanos estaban ante una oportunidad realmente única e histórica para la trayectoria del club, y la afición respondió. Incluso estuvo presente un grupo de seguidores deportivistas, a pesar de que nada acompañase para acudir al envite.

De inicio, Luis César apostó por un once ‘mixto’, pero continuista, con algunos titulares habituales, otros no tanto —el atacante peruano Beto da Silva estrenó titularidad— y perlas del Fabril, como Gandoy. 

Dominio inicial
El Depor cumplió con la lógica y salió a dominar desde el inicio. Lo consiguió, no sin sobresaltos. Somma tuvo que intervenir para evitar casi bajo palos el 1-0, tras una acción a balón parado en la que Koke realizó una primera intervención. El susto espoleó a los herculinos, pero solo en lo que a posesión y dictadura territorial se refiere.

Los locales, ya 100% agazapados, aguantaban bien atrás. Los blanquiazules, a desgastar a un Illueca que no le quedaba otra que replegarse e intentar salvar toda la gasolina posible para la segunda mitad.

En el ecuador, el duelo se animó... pero fue un espejismo. Primero, el Illueca pidió penalti —no lo fue— por una caída de Álex García, y a renglón seguido, Jovanovic perdonó el 0-1 después de escorarse en demasía y quedarse sin espacio para hacer la vaselina, tras zafarse del meta local.

A partir de ahí, cuero netamente blanquiazul, sin precipitación ni alegría en ataque, ante un Illueca sin capacidad ofensiva salvo a la contra. Pero buenas contras, como la que Escolar protagonizó con un fuerte disparo que Koke despejó a córner. Otro susto importante. Y de esos barros, los lodos gallegos. El tramo final del primer tiempo fue un asedio del Illueca de Javier Romero, que embotelló al colista de Segunda a base de saques de esquina, intensidad y presión.

Acabaron mejor los aragoneses, muy metidos en su papel y poniendo en serios aprietos al Depor.
El equipo maño, que por momentos en la primera parte se convirtió en el ‘Bayern Illueca’, mantuvo la ilusión viva para con sus aficionados en el arranque del segundo tiempo.

Lejos de arrugarse, los zaragozanos siguieron a lo suyo, tratando de invadir campo contrario ante un Depor minimizado, como es habitual esta temporada, menos combativo de lo que incluso cabía esperar. Solo Jovanovic parecía querer arreglar la depresión de los gallegos. No en vano, el Deportivo, llegados al minuto 60, no había efectuado ni un solo disparo entre los tres palos.

Aprietan los locales
Al contrario, seguía recibiendo mensajes claros del Illueca en forma de ocasiones y córners. Hasta siete saques de esquina en la primera hora de partido, y en uno de ellos Koke Vegas salvó a los suyos de encajar el primer gol de la noche, tras una desconexión defensiva de la zaguera blanquiazul.
Y ojo, porque el susto fue doble, ya que Dani Suárez, instantes después, marcó por toda la escuadra, pero el tanto fue invalidado por fuera de juego. 

Salvo cambio sideral de rumbo, se veía venir lo peor. El conjunto aragonés era el único que creaba peligro en un Papa Luna que llevaba en volandas a sus héroes.
El omnipresente Morales, el más activo en ataque, probó en un envío desde el centro del campo y otro remate que volvió a meter el ‘yuyu’ en el cuerpo de los coruñeses.

Minuto de gloria
La lógica no llegó hasta el tramo final, cuando el Depor empezó a asomarse al área rival. Montero, Mollejo y Longo gozaron de hasta tres ocasiones claras para deshacer el empate... hasta que llegó la jugada clave. Un penalti algo riguroso por manos de un defensor local que Longo llevó al fondo de las mallas para el Depor en el 84’ de la segunda mitad.

El gol del delantero italiano fue vital, y es que en la siguiente acción, Koné, en una escapada muy bien finalizada, mató la eliminatoria con el segundo tanto.