El Barcelona aguó el debut de Albert Celades en el banquillo del Valencia (5-2), que encarriló el encuentro en los primeros siete minutos, con una asistencia y un gol del joven Ansu Fati, y lo sentenció en la reanudación con un fogonazo de Gerard Piqué y un doblete de Luis Suárez.
El juvenil guineano se erigió en el gran protagonista de un duelo en el que el Barcelona no solo recuperó sensaciones, después de un inicio de temporada irregular, sino que recortó tres puntos al Atlético de Madrid, líder de LaLiga Santander.
Debutaba Albert Celades en el Camp Nou. Lo hizo siguiendo el libreto de Marcelino. De hecho, solo introdujo un cambio -Paulista por Diakhaby- con respecto al último encuentro que el técnico asturiano dirigió ante el Mallorca.
Un once fiable para medirse a un rival sin Suárez, en el banquillo, ni Messi, pero con Ansu Fati desencadenado. A sus 16 años y 10 meses, el guineano se convirtió en el jugador más joven en debutar como titular con la zamarra azulgrana.
En el césped no pareció un juvenil, sino un volcán en erupción que explotó a los dos minutos. Apareció De Jong por la derecha -este sábado compartiendo medular con Busquets y Arthur-, Griezmann amagó con un desmarque y el balón franco llegó a Ansu, que con la diestra batió al exazulgrana Jasper Cillessen.
Muy arropado
Reían sus compañeros. Ansu, que ya se estrenó como goleador contra Osasuna, se lo empezaba a creer, mientras el Camp Nou celebraba la eclosión de una perla que no paró de brillar en 45 minutos gracias a su personalidad, propia de un veterano.
El segundo tanto, en el minuto 7, llegó de sus botas. Mareó a Wass en la izquierda, filtró un centró raso al interior del área para encontrar a De Jong, que se estrenaba como goleador.
Con el holandés, Arthur y Busquets en la media -Rakitic encadenó el cuarto partido como suplente- el Barcelona domaba el partido con el balón, buscando al eléctrico Ansu. Cuando el juvenil tocaba el esférico, su equipo lo agradecía en ataque.
Parecía que el Valencia seguía en la lona, pero poco a poco fue recuperando el pulso. Lo hizo con su mejor arma: el contraataque. Su mejor aliado fue Gameiro, que fue el primer en avisar con una carrera vertical que no supo finalizar.
El tanto (min.27) animó al Valencia, que detectó el punto débil del Barcelona, la defensa. En otra rápida transición conducida por Ferran, Gameiro tuvo el empate que Ter Stegen resolvió de manera poco ortodoxa.
El primer tiempo terminó como empezó, con Ansu brillando en ataque y rozando el gol, aunque con un Barcelona inseguro atrás. Una tendencia que parecía alargarse en los primeros compases del segundo tiempo.
Respiraba el Barcelona, que calmó la reacción de Valencia con su mejor arma: el balón. Aparecían Arthur y Busquets, y su equipo no sufría atrás. A partir de ahí los locales comenzaron a dominar el encuentro y dejar al Valencia sin gas.