Porque es algo inherente al ADN deportivista el tener esa fe inquebrantable y ese apoyo, sobre todo en las malas.No percibo nerviosismo fuera, espero y deseo que no lo haya dentro, y coincido con el técnico del Deportivo que también tengo ganas de que llegue el partido ante el Racing de Santander,que ha estado planeando como una sombra desde su suspensión y que no se acaban de sacar la cabeza ni jugadores, ni técnico, a pesar de que no vaya a ser definitivo.
El problema sanitario es similar en lo referente al número de positivos, tres sumaba ayer el sábado el Racing, uno de ellos no era un jugador, pero ¿qué cambia para que ahora pidan el aplazamiento y entonces contra el Extremadura no se pidiera?Y otra cuestión es qué ocurre con los tres jugadores del filial (Yeray, Juan y Simón) que el sábado convocados por el Rayo Cantabria, después de haber estado con el primer equipo ante el Racing de Ferrol y que no hacen cuarentena, algo que el juez de competición ha pedido para todo el equipo desde la detención del primer positivo (26 de enero).
El deporte no quiere volver a pararse, en el caso del fútbol LaLiga ya ha endurecido su protocolo de actuación, pero cuando se van bajando escalones nos encontramos con que los equipos emprenden muchas veces una huida hacia adelante, huérfanos de protocolo o de ayudas de las federaciones para asumir los elevados costes de las PCR. Sin una respuesta homogénea ante un enemigo común corremos el riesgo de volver a la casilla de salida, de cortar por lo sano, de cortar la actividad deportiva, de limitarla o de que esta tenga que cesar, después de un fin de semana en el que hemos visto muchísimas cancelaciones de encuentros en muchísimos deportivas y ligas, tanto nacionales como extranjeras.El deporte además de salud es entretenimiento, nos ayuda a evadirnos, a olvidar un poco el día a día, esa ‘nueva normalidad’, que no es normal y que ya es vieja, que llevamos más de un año arrastrando y que, en ocasiones, nos pesa como una losa.
Ojalá que poco a poco se vayan superando para que nunca más tengas que hacer esta pregunta a una deportista amateur: ¿Por qué lo dejas?
igual que hubo luces en la derrota contra Unionistas.La confianza tanto dentro como fuera para mí tendría que seguir intacta, en el deporte no siempre se puede ganar, se pierde y en el fútbol también se puede empatar.
De puertas para dentro desveló que había advertido a sus jugadores de lo complicado que era ganar cuatro partidos seguidos, fuese en la categoría que fuese.Pero el preparador también se rendía en su comparecencia a ese ‘jugador número doce’, ese factor diferencial, ese ‘plus’ del que hablaba Álex Bergantiños.No tiene comparación Riazor ni la afición con cualquier estadio de la Primera RFEF. Y, viendo lo que se vivió este sábado, es imposible no preguntarse qué habría pasado con público el año pasado o yendo incluso más allá en aquel aciago partido ante el Extremadura.De nada vale lamentarse, el pasado no se puede cambiar, pero lo que quedó claro, por si quedaba alguna duda, es que el ‘factor Riazor’ ha vuelto.
También es momento para que los medios nos miremos el ombligo, hagamos caso al resto de deportes que no sean el fútbol más allá y que dediquemos portadas tanto a medallas como a diplomas y no solo hacerlo cada cuatro años.Caemos en el reduccionismo de que solo valen las preseas, el no lograrlo parece que convierte la participación en un fracaso y hemos visto como los titulares se quedaban en la forma y no en el fondo.