Revivieron en la capital griega aquel 10 de agosto de 1997 en el que el atleta soriano se proclamó campeón del mundo al adelantar a su amigo y rival, que se tuvo que conformar con la plata pese a liderar la carrera hasta los últimos 200 metros.
Abel Antón, con un tiempo de 2h13:16, levantó aquel caluroso día del mes de agosto de 1997 los brazos en señal de victoria en el estadio Panathinaikó y solo cinco segundos después entró Fiz, que cedió la corona mundialista que había logrado dos años antes en Gotemburgo (Suecia).