En ajedrez hay un concepto llamado ‘zugzwang’. Se aplica cuando un jugador ha cometido un número de errores que hacen que cada movimiento que haga esté condenado a ser igualmente malo.
A pesar de que lo intente cada jugada posterior contribuirá a que pierda la partida porque los fallos previos le han privado de tener las mejores opciones. Es algo que no ocurre en deportes como el fútbol: un equipo puede haber realizado un malísimo partido y meter de rebote el gol de la victoria. Todo se puede solucionar en el último minuto, aunque los 89 restantes se haya hecho todo mal.
Los coruñeses han vivido en una montaña rusa esta temporada: empezaron con fuerza el curso, vivieron un bache de nueve jornadas sin ganar y volvieron a creer tras dos partidos seguidos ganando a domicilio. Un espejismo tras el empate ante el Cádiz y la derrota ante el Lugo. La última oportunidad de meterse en el ‘playoff’ puede ser esta noche ante el Mallorca.
Pese al triunfo, aún dependerán de la ayuda de terceros, pero está claro que nada de lo que hayan hecho durante la campaña, derrotas y malos momentos, importarán si finamente logra entrar en promoción o incluso ganarla. Segunda da muchas oportunidades, da igual todos los ‘pecados’ anteriormente cometidos. Y entonces casi nadie se acordará de lo que pasó y todo el mundo se centrará en el aquí y el ahora.
La expiación del Deportivo pasa en gran medida por lo que ocurra esta noche en el Abanca Riazor ante el equipo balear. ¿Habrá motivos para alegría o ya no quedará nada por lo que luchar las dos jornadas restantes y el equipo estará en zugwang?.
