Zidane VOL. II
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Zidane VOL. II


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Cuando gana lo hace el equipo y cuando pierde es cosa del entrenador. Es el sino de los técnicos, que viven permanentemente con la espada de Damocles encima de sus cabezas. 

El último en salir por la puerta de atrás fue Solari. Un entrenador que castigó a ‘vacas sagradas’ como Isco y Marcelo, y que dio la alternativa a jóvenes jugadores como Reguilón. Solo hacía falta pasarse por las redes sociales para comprobar quiénes se habían despedido del argentino y quiénes optaron por callarse. 

Levantada la sanción, el malagueño respondía con goles y muchos se acordaban entonces de Solari, como si ese gol le fuera a carcomer por dentro. Ningún entrenador se pega un tiro en el pie dejando a un gran jugador en el banquillo o directamente en la grada si no es porque considera que no está bien.  

La meritocracia de algunos creyéndose intocables fue un aro por el que no pasó Santiago Solari. No le costó el puesto eso, sino los malos resultados, aunque también es verdad que él ya no tenía a un CR7 que metiese 50 goles y que sirviese en bandeja la Champions.

Tampoco lo tendrá ahora Zidane, que regresa cual Mesías, con la supuesta fórmula del éxito bajo el brazo, tras marcarse el primer tanto viendo como Florentino baja la cabeza y lo rescataba para la causa. 

Con la temporada ya finiquitada, a partir de verano el francés solo tendrá que pedir por esa boquita para que le traigan todo lo que quiera. Que tiemble el mercado estival, porque el presidente blanco va a tirar de chequera. 

El fiasco de este curso hace fundamental armar un nuevo equipo de galácticos porque de lo contrario el mandatario blanco ya no podrá seguir tapando sus fracasos y pésima gestión escudándose en el rendimiento de sus inquilinos de banquillo.

Zidane VOL. II

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