Cuanto más tiempo pasa más difícil parece encontrar una solución a la gran cantidad de frentes que se le están abriendo a LaLiga. Su huida hacia adelante con la suspensión del Depor-Fuenlabrada le ha salido mal a Javier Tebas y compañía y el tiempo muestra ahora las costuras de un Protocolo y un fútbol que se creyó por encima de una pandemia.
Ante las voces que tildan de oportunistas a aquellos que criticamos las más que posibles negligencias cometidas (en el viaje, en la no comunicación a las autoridades de los positivos etc...) tenemos a los que nos censuran como los “capitanes a posteriori”, voces autorizadas de clubes como el Real Madrid, que nos recriminan que reclamemos lo nuestro.
Es una de las cosas que más me molesta en estos días. Tener que justificar el Deportivo el pedir un trato justo, una equidad que no ha existido. La sensación es que el que ha cometido el error (LaLiga, el Fuenlabrada o los dos) son víctimas de las circunstancias, del “no se podía saber” y lo que tendría que haber hecho el Depor, como buen club servil, habría sido callarse.
Mientras la justicia en A Coruña decide si se ha o no incurrido en delitos contra la salud pública (un informe de la Policía Judicial puede ser clave) y el propio juez instructor de la RFEF continúa investigando (a pesar de los intentos del Fuenlabrada en dilatar el proceso, por ejemplo las comparecencias telemáticas), la Federación propone una Liga de 24.
Javier Tebas en su momento descartó esa posibilidad, pero veremos cómo resuelve un embrollo que complica la disputa del playoff (no ha finalizado la campaña) y todo esto después de que el Comité de Competición no permitiese que se jugase el partido en el día de ayer, como Liga y Fuenlabrada querían.
Quizá cuando se decidió suspender el Depor-Fuenlabrada consideró LaLiga que era el menor de los males, pero las implicaciones posteriores, el brote por coronavirus, el mal trato sufrido por el Deportivo y a Coruña, con los que nadie se ha disculpado, y los daños colaterales a equipos implicados en el playoff, que no han hecho para vivir esta situación de indefensión, hagan que tenga que reconsiderar su decisión. O eso, o seguir enredando hasta que la madeja sea imposible de desenmarañar más que cortando por lo sano.
