Hemos llegado a un punto en el ‘caso Fuenlabrada’ en el que empiezan a dar vergüenza ajena ciertos comportamientos. El informe del instructor de la RFEF es claro, cristalino. 45 folios en los que se pone de manifiesto que el médico del Fuenlabrada recomendó no viajar, que LaLiga y el club lo sabían, que lo desoyeron, que ocultaron positivos (ya desde el sábado 18de julio) y que todo lo demás ha sido una huida hacia adelante para salir impunes.
Ahora se entiende que quisieran que el facultativo no declarase, los burdos intentos de desacreditar al juez con acusaciones falsas sobre supuestas relaciones con el Deportivo (recordemos aquel cara a cara en la radio de Tebas hijo con el consejero blanquiazul) y la traca final de este fin de semana de soltar amenazas de querella a diestro y siniestro.
Praena amenaza con ir a la justicia ordinaria, esa que no se va a andar con chiquitas, primero con ellos (no olvidemos las causas penales abiertas) y que criticó duramente el uso de recursos públicos para orquestar una detención a Bergantiños en base a nada.
A 600 kilómetros de Madrid se huele el nerviosismo de todos aquellos que se creían por encima del bien y del mal, que en medio de una pandemia pusieron en peligro a una ciudad con el único propósito de jugar un partido que después pedían postergar o adelantar, según les convenía, y pensando que el Depor no reuniría a los jugadores necesarios para el mismo.
Un encuentro indigno, que perdieron en el último minuto, ante un Deportivo que sí fue profesional, a pesar de que ellos mismos habían puesto en duda que lo fuese. Un duelo que se jugó más de dos semanas después de que terminase la jornada, donde se rompió el principio de equidad que regía la competición.
Pero los que defienden lo indefendible, son los que ahora ven con temor que se pueda desmontar el chiringuito, los que pretenden desde la meseta darnos lecciones de derecho deportivo o de sanidad, o de fútbol, según les cuadre, y que quieren ir hasta las últimas consecuencias, pues en ello les va el sueldo.
En el Deportivo saben contra quien luchan, un gigante acompañado de un ejército de acólitos dispuestos a todo para defender al que manda. Veremos ahora si Competición vuelve a ponerse de lado tras hacerse público el informe, si la Federación tiene o no algo que decir, ídem el CSD, lamentablemente mudo ante uno de los mayores escándalos del fútbol español. Y dirán que la mano negra es contra el Fuenlabrada, usarán todos los adjetivos del diccionario que encuentren, las teorías conspiranoides más locas y pese a todo no encontraréis argumentos más allá porque ellos mismos saben que solo les queda la pataleta. Así que toca prepararse para unos días o semanas de presión mediática, de lloros, de comunicados y de guerra sucia. Se olvidan de que en esta ciudad, en A Coruña, se levantó su emblema, la Torre de Hércules, tras vencer al gigante Gerión.
