Podría esperarse una goleada de España en la primera jornada. No fue así, pero la superioridad futbolística fue total, tanto en defensa como sobre todo en ataque, ante una timorata Serbia. El equipo de Pedro López mostró sus cartas: protagonismo con balón, con posesiones largas, juego interior y por fuera, y buena actitud defensiva para recuperar la pelota en el menor tiempo posible.
El juego de la Rojita se inclinó hacia la derecha, banda de Eva Navarro y Nerea, en el primer tramo de partido. Desde allí se buscó la profundidad de esa pareja para encontrar situaciones de centro y remate. En cambio, el 1-0 llegó desde el otro costado, con un centro horriblemente defendido por Serbia. La pelota botó en el área pequeña y llegó hasta el segundo palo.
La gallega Teresa Abelleira pasó desapercibida en los primeros minutos, alejada del balón y en una posición más avanzada que la suya natural, fijando a las centrocampistas serbias cerca de su línea defensiva. No desesperó y, con el paso de los minutos, tuvo mucha más participación, mejorando en las acciones técnicas, en la actitud defensiva y en el ritmo de partido en los segundos 45 minutos. Primero actuó de interior y, cuando el seleccionador sacó a Torrodá para dar entrada a Eizaguirre, ocupó la posición de pivote.
Conclusiones positivas de España ante una Serbia netamente inferior, que renunció al juego ofensivo dejando a una sola referencia arriba que, cada vez que entraba en contacto con la pelota, la perdía ante la falta de ayudas y soluciones del resto de compañeras.
