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Dentro de la desgracia global que supone la aparición del virus Covid-19 en nuestra sociedad, se deben utilizar puntos de inflexión que nos permitan, si es posible, ver horizontes de estímulos positivos.

En un mundo, donde se nos obliga a vivir, tan globalizado, individualista, con una excesiva competitividad, llega una vivencia como la que estamos sufriendo y todo alcanza un paradigma atronador.

El principal recurso en el que nos dicen que nos cobijemos, es en el de la solidaridad colectiva. En hacer de nuestra defensa, la del propio colectivo. Es imprescindible la unificación de criterios para llevar adelante planes extremos que permitan las resoluciones apropiadas al momento.

Dentro del desgarrador panorama que afrontamos, surgen dudas y se formulan preguntas paralelas. Es claro que todo debe quedar en un segundo plano, la vida es la prioridad.
Pero es muy lícito que a cada individuo le duela lo suyo, su familia, su negocio, su sustento… la preocupación es obvia. Pero nada debe hacer oscurecer el icono de la vida, la supervivencia.

Dicho esto, desde esta particular esquina dedicada al mundo del deporte, quisiera canalizarles un pensamiento paralelo, sin intromisión en lo anteriormente expuesto.

Dentro de ese potencial colectivo de mujeres y hombres que luchan diariamente para que todo tenga la menor repercusión posible, debe haber otro “colectivo” que trabaje para que cuando todo sea superado, que lo será sin duda, el proceso evolutivo de la sociedad deba recuperar su curso. Estabilizar lo antes posible el pulso de la sociedad.

Así pues, quiero hacer un llamamiento a todos los gestores deportivos con la intención de que preparen las actuaciones, algunos ya se han puesto a ello, necesarias para hacerle frente a las singularidades activadas para frenar esta pandemia que estamos sufriendo.

De aquí vamos a salir y desde cada espacio, se debe estar preparado con visión de futuro. El deporte es un vehículo universal de generación de valores, unidad y fortaleza colectiva. Un espejo donde la sociedad puede reflejarse para su recuperación.

Grandes incógnitas están sobre la mesa, competiciones a nivel nacional, europeo e internacional, a los que podemos añadir los Juegos Olímpicos. No va a ser fácil, pero la lucha contra ese “maldito” bicho tampoco lo es y estoy plenamente seguro de que el éxito nos acompañará. Que el deporte no se quede al margen de la recuperación social, sería una lacra difícil de superar. Nuestra clase dirigente debe situarse a la altura de las circunstancias.

Finalizo no sin antes puntualizar una referencia deportivista. La posible ampliación de contrato de Mujaid, me parece una operación con muchísimo valor de futuro. Vista su progresión de la mano de Fernando Vázquez, en poco tiempo será la joya de la entidad blanquiazul con la vista puesta en un excelente traspaso. Al tiempo. 

“Quédate en casa”. Como siempre un placer.

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