La abstención nunca es real. No sé si ésa era la intención, pero siempre que se fuerce una ausencia, se favorece a alguien en concreto, en este caso a un candidato, aunque sea de forma indirecta.
Como siempre, lo mejor es dar la cara, decantarse por el que se considera más adecuado. Intentar quedar bien con todo el mundo no suele funcionar. También existe la opción de que no gusten los candidatos, pero como la bandeja está servida, se debería escoger el ‘ingrediente’ más saludable.
A estas alturas ya hay presidente, cuestiones de cierre impiden la valoración en estas líneas, pero no altera en demasía el proceso de análisis. Vidal-Zas, Zas-Vidal, los peones son muy similares y sus movimientos dependen de la deuda acumulada. Las circunstancias devoran los proyectos.
Habrá que dar tiempo al tiempo, pero ya se sabe que en el mundo del fútbol ese ingrediente es un bien escaso.
El equipo aún tiene tiempo de dar el paso y todo puede ser distinto. El pasado lunes lo pudimos comprobar. Se pasó de la degradación anímica, asumida con fidelización, a la hemorragia de satisfacción en el último suspiro. De ver todo negro, a encenderse la luz de la ilusión. El equipo ofreció cara de querer, de intentarlo, pero sus carencias se desparraman sobre el césped.
La semana pasada les decía que era lo que había y que era necesario sacarle el máximo provecho.
Por lo menos sabemos que los jugadores quieren y eso es fundamental. Quedan dos choques, ha vuelto la ilusión y hay que aferrarse a ella.
El nuevo presidente dará nuevos ‘folgos’. Un gol de penalti en el último minuto genera una revolución, sabiéndola controlar puede acabar en éxito. ¡Viva el fútbol!
Finalizo recuperando la vertiente directiva para poder despedir al ya expresidente Tino Fernández. En su trayectoria cumplió con una difícil singladura. Representó un salto de calidad organizativa, pero el fútbol es otra historia, no entiende, muchas veces, de gestión y los resultados deportivos mandan. En este apartado no fue quién de escoger a sus compañeros de viaje. Seguirá siendo, hasta que no las venda, un potente accionista, por lo que no se desvinculará de vivir los colores, por lo tanto... “Hasta la próxima y gracias”.
P.D.: Para la nueva alcaldesa Inés Rey: “No se me olvide de las instalaciones de A Torre”.
Como siempre un placer
