En los principios de los años 80, iniciaba mi andadura particular en el camino de las retransmisiones deportivas, con la puesta en marcha del primer carrusel futbolístico gallego en la extinta emisora de Ondas Galicia. Era el primer paso, para una vez creada la radio autonómica, estructurar lo que sería, el programa líder de la radio deportiva de nuestra comunidad, Galicia en Goles.
Mi ‘jefe’ de aquella, Jesús Lodeiro, me asignaba cada 15 días la locución de los partidos de tercera división, que debería disputar el equipo del Vista Alegre en el vetusto estadio santiagués de Santa Isabel. Equipo histórico, que lleva el nombre de su barriada.
De aquella, el terreno de juego del histórico campo, era todo menos un césped para que rodase el balón con cierta facilidad. Todo lo contrario, el fango era la nota predominante. Prácticamente era inviable su circulación. Las hemerotecas así lo reflejan. Por ello, los partidos resultaban tremendamente trabados y se mantenía un paralelismo con el rugby.
Mi visión de todo aquello resultaba confusa, entre la bisoñez y el espectáculo, un servidor hacia ‘bolillos’ para poder transmitir una realidad sin ‘mascarilla’.
Un buen día, los medios de comunicación, fueron invitados a la cena de Navidad del Club. En medio de ella, intervino el Hermano Marcelino, líder indiscutible de la residencia de los Maristas, donde se desenvolvía toda la actividad del cuadro blaugrana.
Tras su arenga patriarcal, se dirigió hacia mí… ”saben que no voy a los partidos para no sufrir, los sigo a través de la radio y cada día escucho la misma sintonía del Sr. Docobo, mal partido, embarullado y aburrimiento total. Pues le digo ahora que lo tengo conmigo… esto es el fútbol y vaya mentalizándose para seguir su carrera en su profesión”. La reprimenda extemporánea me la ‘comí con patatas fritas’.
Rescato aquella ‘anécdota’ profesional para insertarla en la vivencia que actualmente estoy ‘padeciendo’ con este Deportivo. Desde tocar la cima competitiva, vivir entre los grandes, hasta bajar a las ‘catacumbas’ organizativas y sobrevivir entre ‘la clase humilde’. El recorrido ha sido y es, un auténtico calvario de sufrimiento. Un sin vivir psicológico. La única opción que se nos presenta, es la esperanza de un hipotético tiempo mejor. Fernando Vázquez nos dice que ve a su equipo con mucha presión, que quiere más fluidez y que disfrute jugando al fútbol. No sé… me da la impresión de que se necesita una vuelta de tuerca y plantearse la vida deportiva de otra forma. Tengo que reconocer que cada día admiro más a la afición deportivista, por el aguante que tiene. Un sector muy amplio es feliz por ser líderes en su grupo.
Finalizo con un cambio de ritmo. Que el Gobierno de nuestra querida España defienda oficialmente que la policía actuó según la ley en el caso Bergantiños, me hace recordar los ‘mejores’ tiempos de otras épocas. ¡Prepárense!, visto lo visto, cualquiera de nosotros podrá ser detenido en la calle por sospechoso y llevado a las dependencias policiales para ser interrogado y con suerte, todo queda ahí.
Una última súplica, no se olviden de leer las distintas pautas, obligatorias, para cada territorio. Puede que no sea nada fácil interpretarlas, pero es muy de agradecer para hacerle frente a esta terrible pandemia, ejecutarlas. No queda otra.
Como siempre un placer.
