Es lo que queda... rezar. Visto lo visto, haciendo un análisis de la realidad, encomendarse cada uno a su referencia espiritual, es el último recurso a lo que puede agarrarse el entorno deportivista.
Se está en manos de ellos (los jugadores). Podemos hablar de infinidad de cuestiones, pero a estas alturas de nada sirve. Todo el bacalao está vendido. Triste pero es así. Olvídense temporalmente de todos los sinsabores vividos y céntrense en el partido contra Las Palmas. Si antes bajase el Espíritu Santo, pues mejor que mejor. Pero no se hagan ilusiones, pues después viene el bajonazo y hay que estar al cien por cien en el partido decisivo. Aíslense de las desfachateces del entrenador, que aduce que nadie les traslada "cosas bonitas" que les hagan subir la moral. ¡Tiene "narices" la cosa!
Aíslense de las desfachateces del entrenador, que aduce que nadie les traslada "cosas bonitas" que les hagan subir la moral. ¡Tiene "narices" la cosa! Háganme caso, el Depor se está dejando ir la vida...
Pues nada... que se aparten de los "malos seguidores". No vaya a ser que esa "pandilla de fieles", los que ganaron uno de los últimos nueve partidos, sean los culpables. ¡Es como para llorar!
¿Y dónde está ahora el ejecutivo Barral?, el "mago" de la planificación? El que levantó la cabeza cuando se ganó al Barcelona. El que cuestiona al "mundo", cuando se trata de valorar la entrega de los jugadores. ¡En que manos deportivas está este Depor!
Háganme caso, recen y perdonen temporalmente, el Depor se está dejando ir la vida... económica.
Pasamos página y nos vamos con algo más agradable. De nuevo, Tito Díaz sitúa al Leyma Coruña en un alto nivel competitivo. En esta primera cita del play-off por el ascenso (hipotético) a la ACB, regresa a casa con una victoria a sus espaldas. Todo, teniendo en cuenta la igualdad, puede suceder. Pero estar ahí, luchando entre los grandes de la categoría, tiene mucho mérito.
Eso en la parte deportiva, pero en la de gestión y tal como están los tiempos de recortes al deporte, de forma injusta y temeraria, hacer lo que hace este Club es digno de reconocimiento y así lo hago.
Finalizo, si me lo permiten, con un recuerdo. Conviví en la buena época del Compostela en primera con dos excelentes jugadores y personas, Paco Llorente y Jean François Hernandez. Sus hijos, de aquella recién nacidos, son hoy las estrellas de la Liga. Theo Hernandez y Marcos Llorente.
Como siempre un placer.
