Donde nadie quería estar a estas alturas, pues… aquí nos encontramos. Tirados en la “cuneta”. Fuera de los puestos de ascenso y prácticamente sin fe en los protagonistas.
El nuevo técnico deportivista, en la rueda de prensa del Sadar, trasladaba que los jugadores jugaban atenazados por la responsabilidad. No sé para que se hizo el cambio de técnico, para escuchar esto, bien pudo quedar quién estaba ocupando la plaza. Le daré esta semana para asentarse y ver por dónde van los tiros.
Pero si me valen sus palabras para dirigirme al actual director deportivo, el señor Del Pozo. El mismo que a principio de temporada nos decía aquello de que no “quiero funcionarios en el equipo”.
Entonces… ¿A quién nos trajo?. Si tenemos a jugadores que no aguantan la presión, que no corren más que el rival, que perdiendo el partido en la segunda parte, se limitan a merodear el área rival dos veces…ya me contarán que tipo de jugador está en casa Depor. Dudo y mucho, de la gestión. Carmelo, esto no es lo que prometiste.
Dicho todo esto, más lo que les vengo trasladando a lo largo de anteriores semanas, sólo nos queda invocar al Espíritu Santo para que libere a estos pobres protagonistas de todos sus males de tensión y puedan rendir al nivel propicio, diseñado inicialmente, para un cambio de rumbo. El Club, el equipo, una vez más, está en manos de sus “empleados”. Ellos decidirán en el día a día, si aún quedan opciones de subirse al carro del ascenso.
Los aficionados deportivistas, curtidos en mil batallas sicológicas, son conocedores que deben seguir en su puesto hasta el final. Que habrá que tragar “bilis”, pero que se deben quemar todos los cartuchos para que no quede el más mínimo resquemor de que no se hizo todo lo posible, para logar el éxito final, el ascenso. Seguro que el próximo domingo estará en su sitio. Por cierto… llegará Manuel, el que no servía para entrenar al descendido Fabril. Está aportando aire fresco y “sensaciones de vivir” al Extremadura. Mucho me alegró de que el “comandante Rodríguez Vaz, esta semana en los medios, me ratificase la opinión que les vengo trasladando, tanto de la cantera como del primer equipo. Otro lujo desaprovechado.
Cambio de tercio. Seguí con detenimiento y tristeza, la caída a las “catacumbas” de Tiger Wood. Un Dios mediático del golf, que su ego personal, las influencias exteriores y las lesiones, lo llevaron a vivir dolorosas situaciones personales.
Y ya se sabe… que cuando incas las rodillas, todos esos que te venían adulando, se vuelven en tus peores pesadillas. Es grotesco verlos ahora, protagonizando ensayos de puritanismo.
Este fin de semana, Tiger protagonizó su mejor actuación personal. Volvió a recuperar “su ayer”. Toda una proeza de superación al liderar el Open de Augusta, su quinta chaqueta verde. Un ejemplo para muchos deportistas y para los que no lo son. Siempre que se quiera, se puede salir del agujero. Tardó mucho tiempo, pero lo consiguió.
Como siempre un placer
