Ganó con justicia el Depor al Racing el pasado domingo en Riazor. Nada que objetar al triunfo con estreno goleador de Rolan. Y digo nada que objetar porque destacar el escaso potencial en ataque y el aburrimiento generalizado del partido es una constante no sólo del equipo coruñés sino de toda la categoría. Después de seis jornadas, un tercio de la competición, poco futbol se ha visto en esta categoría.
Y, como decía, no es sólo demérito del Depor sino que los rivales tampoco dan la sensación de ambicionar nada más que un triste empate o una derrota por la mínima. Cierto es que se esperaba más de uno de los máximos aspirantes al ascenso pero empiezo a pensar que en este avispero que es la B lo importante es mantener la portería a cero e intentar rascar algún gol más o menos afortunado.
Una victoria la próxima jornada frente al Pontevedra -segundo clasificado- podría significar un golpe de autoridad en su deseo de alcanzar la siguiente fase en busca del ascenso. Ojalá que así sea. En cualquier caso, todo esto habla de una competición muy triste sin más atractivo para la afición que la incertidumbre del resultado y la consecución del objetivo principal que no es otro que el retorno a la división de plata.
Muchas son las carencias de estos equipos. Como espectador atento me quedo sólo con algunas: errores constates en los pases, ausencia de juego por las bandas, apenas se busca encarar para desbordar al rival, lentitud desesperante en el ritmo de los partidos; son características habituales en los encuentros que se han podido ver hasta hoy.
El técnico blanquiazul sigue pensando en que hay que continuar trabajando para generar más peligro en ataque. En su fuero interno debe de estar pensando que con lo poco que han hecho sus pupilos, no está nada mal liderar la tabla con cierta holgura. Personalmente estoy convencido que estos jugadores puedan dar un rendimiento superior y es de esperar que a medida que avance la competición se vea un Depor más dominador, alegre e incisivo en ataque.
Mientras tanto el Depor suma y sigue. Cuatro victorias y dos empates. Cinco goles a favor y uno en contra. ¿Puede haber un equipo que rentabilice más su esfuerzo? Yo creo que no.
