Dentro de las abundantes gestas que adornan la leyenda del Deportivo, en donde conviven los grandes títulos de Liga, Copa y Supercopa con otras gloriosas épicas que tienen más que ver con fatigosos ascensos y salvaciones de categoría “in extremis”, habría que guardar en los anales de la historia el vertiginoso cambio de rumbo que los blanquiazules perpetraron en el último mes y medio.
La secuencia es inédita. Tras una victoria en la primera jornada se llegó a la vigésima con un solo partido ganado, cerrando la clasificación y a punto de verse obligado a perder la categoría de manera prematura al término de la primera vuelta. Daba la impresión de que el equipo estaba desahuciado. Es a partir de una serie de cambios puntuales (nuevo Consejo de Administración, nuevo entrenador y algún retoque en la plantilla) cuando se enlazan de manera consecutiva seis victorias. Increíble.
Esta reacción sin precedentes reactivó el sentimiento deportivistas que pasó de poco más de ocho mil espectadores contra el Tenerife a congregar en las gradas a cerca de 27.000 aficionados el pasado sábado en Riazor. Sin duda un caso que parece milagroso y buena parte de culpa la tiene el nuevo técnico del RCD.
La explicación de este cambio no es fácil. Existe una vieja máxima en el fútbol que indica que el orden y talento, por este orden, son garantía de éxito. Fue el inolvidable Arsenio Iglesias quien hizo gala de este axioma. Pues bien, Fernando Vázquez recogió las cenizas de un equipo al que supo inyectar orden en el campo y volver a recuperarlos emocionalmente para hacerles creer en sí mismos.
Atinó el de Castrofeito con una defensa de tres centrales para atajar la sangría de goles que recibía. En los últimos cinco encuentros sólo encajó dos goles. La sequía goleadora no se pudo corregir pero si el valor de los goles: cada gol era casi una victoria en un caso de eficacia realizadora sin igual.
Todavía quedan muchos partidos pero lo conseguido hasta ahora es para sentirse orgulloso con esta nueva versión del Depor. Quedará en el aire la duda de saber si con estos mimbres bien trabajados por Fernando Vázquez al inicio de temporada se podría haber pensado en el ascenso. Una pena.
@pgarcia_ramos
