A REPETIR EL 3-1 DE LA ELIMINATORIA COPERA
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17º-23º

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Se rompió la racha en Ipurúa ante el Eibar después de cinco enfrentamientos sin conocer la derrota por parte deportivista. Y fue en un partido que, de haber exhibido otra actitud por parte de los de Gaizka Garitano, nunca se debieron escapar los tres puntos en litigio. Y no valen las clásicas disculpas de que "el fútbol es así" o que "salimos un poco dormidos", entre otras cosas porque en las gradas del feudo armero había un buen puñado de seguidores blanquiazules, procedentes de varios puntos de la geografía española, que se merecían bastante más.

El Deportivo empezó como dormido, que diría el técnico vasco, y duró hasta que los eibarreses lograron el 2-0, con un Tyton adelantado en exceso -y no es la primera vez- y una defensa un tanto desbarajustada hasta que el genial Emre Çolak puso el marcador en 2-1, dando paso a los mejores momentos del equipo, sobre todo en los primeros veinte minutos del segundo tiempo. Pero surgieron los escasamente certeros cambios del técnico, quedando atrás un claro penalti al media punta turco y un fuera de juego, también claro, en el tercer gol local. Otra vez los árbitros en la cuerda floja. Aún así, el conjunto herculino dispuso de ocasiones para mejorar el resultado. Evidentemente no entramos con buen pie en la segunda vuelta del campeonato. Hay que enmendarlo cuanto antes.

Menos mal que el colchón-ventaja en la clasificación se mantiene para los de Riazor. Es bien cierto que los de bajo nos siguen ayudando, pero, ojo, que estas situaciones no van a mantenerse en todas las jornadas, nada menos que 18, que todavía le esperan al conjunto coruñés para afianzarse en la zona tranquila de la tabla. Sin otra competición que podía preocupar, como era la Copa, los blanquiazules están obligados a cambiar de actitud si no quieren verse hundidos en la zona de descenso. Por insistir que no quede.

El primer paso, y sin concesiones de ninguna clase, hay que darlo hoy ante la visita del Betis a Riazor. Un rival bastante asequible en sus salidas del Benito Villamarín, ya que de los nueve partidos disputados lejos de su feudo ha ganado solamente en dos (Osasuna y Valencia) y el resto (7) fueron derrotas. En Riazor tampoco anda muy fino, aunque empató en 12 de sus 21 visitas al estadio coruñés, ya que los otros 7 fueron victorias blanquiazules. En sus filas destaca el goleador canario, ex deportivista por cierto, Rubén Castro, que puede resultar una buena pesadilla para la defensa local. Su técnico, Víctor Sánchez del Amo, que también dirigió al Depor, ya sabe lo que es perder aquí, como le sucedió no hace mucho en los dieciseisavos de final de la Copa, cuando se impuso por 3-1 el conjunto herculino. Se conocen bien ambos, pero debe ser el Depor el que lleve la batuta con el deportivismo volcado con su equipo. Forza Depor.

P.D.- Vuelve a Riazor un exdeportivista de muy gratos recuerdos en La Coruña, Rubén Castro, si bien los técnicos por los que pasó en el banquillo de Riazor, tanto Javier Irureta como Joaquín Caparrós, no ha sabido aprovecharlo. Su disculpa: "Es muy bajito"... y el fútbol español está plagado de bajitos. ¡Y qué bajitos!. Quiero recordar que Rubén Castro llegó el Depor, con el señuelo de máximo goleador de Segunda en Las Palmas, en la temporada 2004-05 y seis apariciones en la selección Sub21. Hizo la pretemporada y comenzó un sucesiva fase de cesiones a varios equipos de Primera y Segunda, hasta que en la campaña 2010-11 fue traspasado al Betis, donde continúa después de haber ganado dos veces (2003-04 y 2014-15) el Trofeo Zarra al máximo goleador nacional en Segunda. En el conjunto bético cumple ya su octava temporada y con un récord en su historial muy difícil de arrebatarle, como es el de máximo goleador de la historia del Betis con sus 138 goles marcados hasta ahora.

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