U n partido en el que tres jugadores (Eneko Bóveda, Salva Ruiz y José Alonso Lara) tuvieron que ser sustituidos por lesiones sin que el rival, el local, haya visto solamente dos tarjetas amarillas. No cabe la menor duda que da mucho que pensar, sin VAR o con VAR. Como diría el clásico el fútbol es así, y los demás, por si acaso... a callar.
Para mí, que me salen callos en el trasero de ver y seguir cientos y cientos de partidos de Primera, Segunda y Tercera, tanto del fútbol como de otros deportes, ya me lleva por otros derroteros a la hora de analizarlos y juzgarlos. Quiero ser lo más normal posible, pero malo que a un equipo le pesen más las rivalidades políticas que las deportivas. Eso era antes, mucho antes. Hoy el deporte recibe, o debe recibir, otro trato muy distinto.
Y todo esto viene a cuento porque el domingo presencié el encuentro entre el Compostela y el RC Deportivo, que más parecía de la otra era. Y ya te duele como gallego y no como deportivista que realmente es de otro calibre.
Pero centrándome en el Deportivo, que a lo que voy, empezó muy contencioso, en el Vero Boquete San Lázaro. Si a estas altura de la competición, que está empezando, contamos con un equipo más lento que rápido, más indeciso que certero y más cómodo que ambicioso, poro podemos esperar de la competición en la que estamos metidos. El fútbol de hoy además de una técnica bien asentada tiene que arrastrar una aportación física que hoy es la que impera en todos los frentes deportivos. Si la técnica no cuenta con un apoyo físico adecuado, que existen y ahí están en cada categoría y condición, poco podemos esperar a la hora de la verdad.
Hay que cambiar este Deportivo, que tanto tardo en meterse en el partido del domingo, puesto que ya en solo en los dos partidos de la competición, en la que se metió ha mostrado sus carencias y pide a gritos un cambio de 180 grados si quiere salir airoso y triunfa. El deportivismo lo exige y, cómo no, demanda ascender cuanto antes a la categoría que se merecen el club y La Coruña. El deportivismo es lo que espera y desea cono todo el alma. Que no nos hagan sufrir más.
