El Deportivo presentaba una alineación valiente, de 4-3-3, con Carlos Fernández y Quique, con Pedro Sánchez de mediapunta y mucha pólvora arriba. Tocaba aprovechar los resultados que se habían dado, pero el gol del Oviedo venía tras un desborde. Crecían los locales por banda izquierda, con esa defensa de cinco y tratando de sorprender con centros, mientras que el Depor era justo por arriba por donde mejor estaba.
Perdían muchos balones los blanquiazules, mientras Mossa y Berjón hacían mucho peligro, ante una zaga despistada. El Oviedo, con una presión alta, obligaba a Dani Giménez a sacar en largo. Tampoco podía superar la línea de cinco el Depor, un buen planteamiento de Anquela y ahí robaba el balón el Oviedo. En la segunda parte, sin cambios, un Depor de rojo nos estaba poniendo colorados por su juego plano.
En el 50 adelanta líneas porque no le quedaba otra y en un pase entre centrales y a pesar del empate, parecía que la cosa se ponía de cara. Reacción y el Depor en sus mejores minutos. Pero el doble cambio no ayudaba, mientras que el Oviedo cambiaba a 4-4-2, metiendo a Ibra por Mossa.
El partido se volvía de ida y vuelta y se podía decantar para cualquiera de los dos. Tampoco aportaba nada la entrada de Borja Valle, mientras que el Oviedo buscaba el segundo y el Deportivo jugaba a arreones, aunque ya parecía valerle el empate. l
