La llegada de Pep Mel parece que ha despertado, en lo que se refiere a resultados y actitud, a un equipo que rodaba cuesta abajo y sin frenos. Una pena que algunos hayan tardado tanto tiempo en reaccionar y darse se cuenta de que la cosa iba por mal camino. Lo cierto, es que los buenos resultados no se han hecho esperar y esto indica que podemos llegar a tiempo de enderezar el rumbo de la nave deportivista. El juego desplegado por el Depor en los últimos tres partido no ha sido muy bonito, pero podemos convenir que si ha sido productivo. Puntuamos en los tres partidos disputados, y por fin ganamos el primer partido fuera de casa, de ahí que demos por buena la llegada de este técnico experimentado al cual deseamos larga vida en el banquillo blanquiazul. Los tres puntos conseguidos ante el Sporting de Gijón son importantísimos, pues además implican ganar a un rival directo por el descenso en un golaverage que tiempo atrás nos llevo a segunda. Hoy disputamos un importante partido ante un Barcelona que viene crecido después de la gesta cosechada días pasados ante el PSG de Unai Emery. A ver si tenemos suerte y la tensión vivida en la ciudad Condal pasa factura a los azulgranas en forma de resaca y apatía, en pro y beneficio de un resultado productivo para los intereses del Depor. Yo soy de los que cree que hoy podemos dar la campanada en Riazor haciendo bueno el 'Si se puede' coreado en el Camp Nou ante los parisinos. Apuntar que el equipo dirigido por Luis Enrique no ha hecho nada que no haya hecho antes el Deportivo, solo hace falta echar la vista atrás y recordar como Walter el 'Rifle'
Pandiani marcaba en una noche meiga y contra el mismísimo París Saint-Germain un `hat trick' que dio la vuelta al mundo y que sirvió para que el Deportivo de La Coruña remontara un 0-3 en contra. Tampoco voy a ponerme ahora a rememorar la gesta cosechada ante el Milán, pues también está muy reciente en la mente de todos los que hoy apoyaremos a un Depor que no se rinde ante nadie. Recodando estas dos gestas nos podemos hacer fuertes creyendo en el Depor, eso lo hicimos tiempo atrás y resultó ser la clave del éxito, todos sabemos que entre aquellos cracks del futbol mundial y la actual plantilla hay diferencias, pero no debemos resignarnos a creer que somos unos mediocres como trataron de convencernos algunos. Hoy nos enfrentamos al Barcelona, pero no dejamos de mirar de reojo el próximo derbi ante el Celta de Vigo. Ese día Riazor puede aupar a Pepe Mel a los altares o bien marcar una pequeña herida que en un futuro le pase factura. El míster esta acostumbrado al derbi sevillano y a buen seguro no se va a achantar y buscando con su experiencia un triunfo ante el máximo rival de los deportivistas. Después del Celta de Vigo jugaremos con un equipo con el que nunca quedaran saldadas las deudas, el Valencia y aquel famoso portero llamado González que paró el penalti a Djukic en el último suspiro no son muy querido en Riazor. A los que vivimos aquel fatídico partido en Riazor, que nos privo de ganar una liga, no se nos olvidará jamás de los jamases aquella tarde triste, que como contrapunto hizo un Depor mucho más fuerte. Seguimos creyendo, de ahí nuestras conquistas y nuestros títulos. ¡Forza Depor!
