La salida de Garitano del Depor ha seguido la perfecta hoja de ruta en lo que a educación y cordialidad se refiere. Hoy no voy a profundizar en los motivos de su destitución, pero si quiero desear suerte a un entrenador que promete seguir siendo un deportivista más.
Uno sale y otro entra. Pepe Mel llega a La Coruña acompañado por un segundo entrenador como Roberto Ríos que conoce la ciudad en la que vivió por los años ochenta cuando su recordado padre Eusebio Ríos entrenó al Deportiviño.
De aquella época seguro que se acuerdan con cariño el preparador físico Ángel Franganillo y el utilero Suso Méndez, pues acababan de incorporarse al organigrama blanquiazul. Pronto recordaremos algunos partidos y detalles que privaron al entrenador de Portugalete de ascender al Depor a la máxima categoría nacional en aquella época. Parece que la llegada de Pepe Mel empieza con buen pie, una gran parte de los deportivistas hubiésemos firmado el empate ante los colchoneros antes del pitido inicial del partido disputado en Riazor ante el Atlético de Madrid. No vamos a lanzar las campanas al vuelo pero la actitud de todos los miembros de la plantilla ha hecho creer en un Deportivo mejor en lo que resta de temporada.
El pasado jueves pasó un ángel que enmudeció Riazor cuando el delantero colchonero Torres cayó al suelo en la disputa de un balón y dio el susto a los allí congregados. Deseamos una pronta recuperación a Torres y nos damos cuenta de la grandiosa y humana afición que tiene el Real Club Deportivo de La Coruña que despidió al ariete internacional con una cerrada ovación de gala. Por otro lado, me gustaría criticar el sensacionalismo mostrado en un titular de un diario de Madrid, que en vez de dar altavoz a este gesto mayoritario se ocupo de dar visibilidad a la reivindicación de unos pocos que llevados por la ira querían hacerse notar.
Hoy Gijón puede ser la punta de lanza para que el Depor coja la senda del buen camino.
Lo cierto es que para ganar al Sporting de Gijón los jugadores deportivitas deben encomendarse y seguir los mismos pasos que dieron el pasado jueves en Riazor. Ganar en el Molinón es fundamental para alejarnos de los puestos de descenso, pues todos sabemos que estar en esa situación pesa como una losa en los futbolistas.
El calendario no es fácil, Betis, Barcelona y Celta nos esperan a la vuelta de esquina, ansiosos por avanzar en pro de defender sus respectivos objetivos. Hay que recordar que el encuentro ante los sevillanos será la jornada aplazada por los destrozos ocasionados por el vendaval en las cubiertas del estadio municipal. Dicho sea de paso, recordar a los máximos dirigentes que velar y prevenir en materia de seguridad debe hacer avanzar en la reforma de unas cubierta viejas y deterioradas que a la vez son un autentico peligro para todo aquel que se acerque al entorno del estadio. Esperemos que la cordura y el consenso entre las partes eviten que en un futuro tengamos que lamentarnos. ¡Forza Depor!
